Cómo ser más amable

Ser cortés y practicar la meditación de bondad amorosa son algunas de las estrategias para fomentar la amabilidad. Si quieres conocer otras, ¡sigue leyendo!
Cómo ser más amable
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Support MContigo

Última actualización: 07 marzo, 2024

La amabilidad es esa actitud personal positiva hacia el resto de los seres que nos rodean: personas, animales, naturaleza. Como forma de relacionarnos con nuestro entorno es muy beneficiosa, pues fortalece las relaciones interpersonales, nos abre caminos y nos proporciona bienestar.

Además, con esta actitud contribuimos a hacer un mundo mejor. Dicho esto, es importante trabajar en ser más amables con los demás. Por esa razón, a continuación, mostramos algunos consejos que te ayudarán a ser más amable con las personas de tu entorno, bien sean conocidas o no.

¿Qué es la amabilidad?

Es un lenguaje que todos entienden y un valor humano fundamental para la consolidación de relaciones. Podemos entenderla como una forma de ser caracterizada por la simpatía, el agrado, la cordialidad, la cortesía, la gentileza, la benevolencia y la afabilidad.

La amabilidad derriba muros interpersonales al manifestarse en acciones tan simples como un saludo, una sonrisa, un gesto de cortesía. Mediante ella es posible fomentar vínculos positivos y crear un ambiente familiar, social o laboral cooperativo, armónico y tranquilo.

Esta virtud tiene beneficios no solo para quien la expresa, sino también para quien la recibe. Un estudio publicado en Frontiers in Psychology señala que las personas que son testigos de actos de amabilidad o bondad tienden a sentirse más felices, tranquilos, agradecidos y menos irritados.



15 claves para ser más amables

La amabilidad no cuesta nada, por eso, para ser más amable con las personas que te rodean te recomendamos:

1. Llama a la gente por su nombre

Si sabes cómo se llama la persona, dirígete a ella por su nombre. Esto fortalece la relación y personaliza el trato. Evita expresiones como «chica», «oye, tú», «guapa» y «flaca». A menos que te encuentres en contextos en los que su uso esté aceptado por el grupo y tenga una connotación cariñosa.

El uso de sobrenombres puede ser humillante para algunas personas, a pesar de que tu intención sea ser amable. De esta forma, es mejor optar por llamar a los demás por su nombre.

2. Sé agradecido

Las personas con las que compartimos suelen hacer cosas por nosotros y, muchas veces, las pasamos desapercibidas. Por ejemplo, el hecho de que alguien tome tiempo para escucharnos, representa un gesto muy valioso que debemos reconocer.

La gratitud es muy importante cuando alguien nos ofrece un servicio. Agradecer en este contexto, por la atención y el tiempo dedicado, te hará lucir más amable.

3. Sonríe

De nada sirven las palabras si no están acompañadas de un lenguaje corporal que demuestre calidez y apertura. La mirada, la sonrisa y las expresiones faciales transmiten muchos significados. Por lo tanto, si quieres parecer más amable, un gesto que no debe faltar es la sonrisa. Este gesto le trasmite al mundo simpatía, e incita a que los demás también sonrían.

Dicho esto, recuerda sonreír cuando te encuentres con alguien en la calle, al comprar algo en la tienda, cuando entres al trabajo en las mañanas, o en cualquier momento en el que hagas contacto visual con otra persona.

4. Sé un buen oyente

Para ser más amable hay que dejar que los demás se expresen. Es vital tener paciencia, escuchar activamente y esperar a que los otros terminen de transmitir sus mensajes.

Muchas personas extrovertidas y elocuentes suelen apropiarse de las conversaciones y no dejan que sus interlocutores intervengan. Esto suele ser incómodo y descortés.

Asimismo, ser más amable implica interesarse por la vida de los demás. Solemos sentirnos agradecidos cuando alguien nos pregunta por nuestros planes, por cómo les va a nuestros hijos o si seguimos conservando el mismo empleo. Esto nos demuestra que los demás se preocupan por nuestro bienestar y nuestros problemas.

5. Educación ante todo

No hay nada más descortés que la mala educación. Expresiones como «por favor», «gracias», «serías tan amable de…», «te importaría…» son muestras de consideración, respeto y amabilidad hacia la otra persona. Así que no te las reserves, nunca están de más.

6. Practica la empatía

Ser empático implica ponerse en el lugar de los demás. La empatía no es una cualidad con la que nacemos, sino es algo que se trabaja. De esta forma, si quieres ser más amable, trata de salirte de tu propia cabeza y pregúntate cómo se podría estar sintiendo la otra persona. Si te cuesta descifrarlo, puedes preguntarle e intentar ponerte en sus zapatos. Asimismo, evita juzgar y ofrécete como un apoyo.

7. Ofrece tu ayuda

Si ves a alguien haciendo malabares para terminar una actividad o en una situación problemática, ofrécele tu ayuda. No esperes a que te la pida, en su lugar, aprende a detectar los momentos en los que los demás necesitan una mano.

Mucha gente se coarta de pedir apoyo porque no quiere ser una molestia, o porque cree que puede sola. Pero nunca está de más un auxilio, en especial, ante las situaciones avasallantes.

8. Practica meditación de bondad amorosa

La meditación de bondad amorosa es una técnica específica cuyo fin es incrementar los sentimientos de bondad, compasión y empatía hacia los demás. Un artículo publicado en Psychological science señala que este tipo de entrenamiento en compasión eleva el altruismo y la comprensión del sufrimiento de otras personas.

Llevar a cabo este tipo de meditación es un plus para fortalecer, desde adentro, nuestras actitudes prosociales. Además, es una práctica que otorga otros beneficios a nuestro bienestar físico y emocional.

9. Responde con amabilidad

Es sencillo ceder al impulso de ser grosero cuando otra persona te trata de manera hostil. No obstante, para adquirir el hábito de la amabilidad es necesario que practiques este valor en los momentos donde no sueles serlo. Por su puesto, ser amable no implica, entonces, que debes permitir que trasgredan tus derechos, te hieran, humillen o insulten. Pon límites, pero hazlo de manera cordial y firme.

10. Reconoce los triunfos de los demás

Otra manera de ser más amable es reconocer, realzar y celebrar los éxitos de los demás. La amabilidad en estos casos se presenta en el acto de validar, apreciar y respetar la contribución que ha hecho la otra persona.

11. Respetar el espacio personal

La amabilidad viene de la mano con la cordialidad y el respeto. Por eso, para aumentar este apreciado valor es imprescindible que no invadas el espacio personal de los demás. Respeta el espacio ajeno, sé educado y prudente al acercarte

12. Evita los chismes

Hablar mal de otra persona a sus espaldas y esparcir rumores infundados sobre ella no es nada amable porque estás atacando su reputación y dignidad. De manera que, si tu objetivo es ser más amable, empieza por dejar el chisme y elige no participar en ese tipo de conversaciones.

13. Aprecia y respeta el tiempo ajeno

Sé puntual, evita alargar de forma innecesaria las reuniones y sé directo. Al asumir esta actitud, demuestras que aprecias los momentos que otras personas te dedican y fomentas el respeto y la consideración, aspectos claves para ser más amable.

14. Saluda a los demás

Algo tan básico como un simple «hola» o «buenos días» puede ayudarte a ser amable y cordial. Estas palabras hacen que el otro se sienta reconocido. Además, proyectas una excelente imagen de ti, sobre todo, si lo haces con una sonrisa en tu rostro, un tono suave y animado en la voz.

15. Llena tu día con pequeños actos de amabilidad

Sostener una puerta para que la persona que vienes detrás de ti ingrese es un acto sencillo de amabilidad. Recogerle la moneda que se le ha caído a alguien es otra manera de ser amable. Piensa cada día qué gesto pequeño puedes tener con un desconocido o con las personas que amas.



Ser amable es el mejor regalo que se puede dar

La amabilidad es una virtud cuyo impacto positivo se extiende más allá de ti. No solo cambia el modo en que te relacionas, sino también el ambiente emocional a tu alrededor. Al poner en práctica los consejos anteriores, puedes convertirte en un promotor de la bondad.

Para concluir, recuerda que lo mejor de comportarte de forma amable y bondadosa es que nunca fallas. Es una actitud que siempre trae beneficios. Así que no dudes de practicarla siempre que tengas la oportunidad.


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