Mi pareja me echa la culpa de todo: ¿qué puedo hacer?

Si tu pareja te culpa de todo de manera constante, puede estar ejerciendo sobre ti una forma de abuso emocional. En el siguiente artículo te explicamos más causas asociadas y las estrategias para abordar esta dinámica relacional.
Mi pareja me echa la culpa de todo: ¿qué puedo hacer?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 25 junio, 2023

«Mi pareja me echa la culpa de todo. No importa lo que pase; al final cada cosa que sucede es responsabilidad mía». Esta es una de las quejas más comunes que los terapeutas de pareja escuchan en su consulta. Son expresiones cargadas de un elevado malestar y también de incomprensión. No siempre es fácil entender la causa de estas conductas, sin embargo el coste emocional suele ser inmenso.

El célebre psicólogo, John Gottman nos explica en su libro Why marriages succeed or fail (1995) que las críticas negativas y la proyección de la culpa, configuran uno de los cuatro «jinetes del apocalipsis» en las rupturas de pareja. Lo que suele yacer detrás de esta realidad psicológica es una mala comunicación emocional y una clara evasión de la responsabilidad.

Profundicemos un poco más en dichas causas y en las posibles estrategias para superar este problema, en el suguiente artículo.

Quien hace uso constante de la proyección de la culpa, intenta, por encima de todo, distorsionar nuestra realidad.

¿Por qué razón mi pareja me echa la culpa de todo?

La proyección de la culpa es un fenómeno habitual en los conflictos interpersonales. Lo llamativo es que aparece con mayor frecuencia, cuando hay un vínculo de intimidad; como son las propias relaciones sexoafectivas.

Un artículo publicado por la revista Psychosocial Intervention estudió el efecto diferencial del género y la inteligencia emocional en hombres y mujeres, a la hora de afrontar conflictos de pareja. Los resultados señalan que las mujeres responden de manera más leal y efectiva a los desacuerdos o discusiones, mientras que los hombres lo hacen de manera más negligente.

A menudo, detrás de estos problemas se encuentra una falta de gestión, en materia de control emocional. Al fin y al cabo, la culpa actúa como esa «arma arrojadiza» que uno lanza cuando no sabe trabajar bien las propias frustraciones. No obstante, hay varios factores que vale la pena analizar para tener una visión un poco más ajustada sobre esta realidad. Los analizamos.



Una forma de inacción y de evasión de la responsabilidad

Culpar a otra persona de cualquier problema implica una evasión de la propia responsabilidad. En lugar de resolver aquello que le molesta, le preocupa o frustra, elige cargar en hombros ajenos todo el cúmulo de malestares. Estamos ante una técnica deficiente y desadaptativa que enquista los problemas de la relación.

Veamos las formas en que aparece:

  • Ante cualquier malentendido, tu pareja dice que la responsabilidad es tuya por explicarte mal.
  • Cuando surge un problema, la otra persona espera que seas tú quien lo resuelva. Si no lo haces, la culpa de todo es tuya.
  • Si tu pareja lidia con días de mayor nivel de estrés, te culpabiliza a ti por intensificar esa situación.
  • Cualquier intento de comunicación parece inútil; pierde la paciencia muy rápido.

Estos son modelos de actitud que actúan de manera pasiva ante cualquier incidente o malestar. En lugar de esforzarse por resolver algo, esperan que sean los demás quienes lo hagan por él/ella. Es una clara forma de inmadurez.

La proyección de la culpa, una forma de castigo

Cuando te preguntes «por qué mi pareja me echa la culpa de todo», ten presente el siguiente aspecto: hay personas que usan la culpa como mecanismo de defensa. Trabajos como los publicados en Personality and Individual Differences, definen este recurso, como aquella tendencia mediante la cual, se atribuyen los propios sentimientos, intenciones o motivaciones a los demás.

A veces, lo que se suele ver en la práctica clínica es a personas que no son capaces de manejar su ansiedad, sus limitaciones o sus propios problemas. En lugar de abordarlos, los proyectan en los demás. Como decía Carl Jung: «todo lo que nos irrita de otros, nos lleva a un entendimiento de nosotros mismos».

La comunicación deficiente y la manipulación emocional

Puede que tu pareja te diga con frecuencia alguna de las siguientes frases: «es que tú nunca me escuchas, es que tú siempre priorizas tus necesidades, nunca te fijas en cómo me encuentro». Este tipo de verbalizaciones cuando son constantes hieren y agotan. Porque quien utiliza la proyección de la culpa en lugar de la asertividad, no solo se comunica mal, también manipula. 

Hay que recordar algo decisivo. Tal y como señala un trabajo publicado en Frontiers in Psychology, la buena comunicación es el corazón de toda relación de pareja. Aquel elemento nuclear, facilita el poder de llegar a acuerdos y nutrir el vínculo. Así, al carecer de unas buenas competencias comunicativas es frecuente que se generen dinámicas hirientes y hasta manipulativas, como las siguientes:

  • Si tu pareja no sabe expresar lo que le sucede, es probable que te culpe a ti por no «adivinarlo».
  • Al no saber dialogar o hablar con asertividad y respeto, recurre a frases cortas, poco útiles y hasta amenazantes.
  • Asimismo, la mala gestión emocional, se combina en ocasiones con frustración, debido a la incapacidad de no saber describir  en palabras los propios sentiminetos
  • Quien proyecta la culpa sobre los demás, suele hacer uso de una comunicación violenta.

«Los cuatro jinetes del Apocalipsis predicen un matrimonio en crisis: críticas, actitud defensiva, obstruccionismo y desprecio. El peor de ellos es el desprecio»

~ John Gottman (Why Marriages Succeed or Fail, 1995) ~

La manipulación narcisista y la razón por la cual mi pareja me echa la culpa de todo

Puede que lleves tiempo preguntándote «¿por qué mi pareja me echa la culpa de todo?». Una explicación al respecto de esta conducta, podría explicarse a través de un perfil similar al de una perosna  con características narcisistas. Sin embargo es necesario evaluar más rasgos y comportamientos.

De modo que, trabajos de investigación, como los realizados en la Universidad de Wollongong (Australia), muestra el impacto interpersonal de mantener una relación sexoafectiva con alguien definido con narcisismo patológico. Veamos algunas características.

  • Los narcisistas suelen ser vengativos. Ante cualquier pequeña frustración, desavenencia o enfado, no dudarán en encontrar cualquier excusa para culpar al otro de toda insignificancia.
  • Utilizan la manipulación. Este mecanismo les facilita poder obtener de los demás aquello que necesitan para reforzar su autoimagen y autoestima.
  • Necesitan ser el centro de atención. Si hay un combustible que anhela el narcisista, es llevarse todos los refuerzos y atenciones. Esto los convierte en parejas muy egoístas.
  • Empatía instrumental. Estas personalidades sí pueden detectar y conectar con tus emociones, pero cuidado, lo hacen de forma instrumental, es decir, para obtener algún beneficio de ti.

¿Cómo actuar cuando mi pareja me culpa de todo?

Tal y como señala el doctor, Johnn Gottman en su libro Principia Amoris (2015), el amor auténtico, aquel que da forma a las relaciones felices y duraderas, se basa en la cultura del respeto y no en la tiranía de la proyección de la culpa. Entonces, ¿qué hacer si en estos momentos estás inmerso/a en esta tesitura personal? Te damos unas claves en las que puedes reflexionar.

Analiza la situación

Cada persona es un mundo y, por ende, cada relación también lo es. Por tanto, es adecuado tomar conciencia de la situación e intentar descifrar qué es lo que está sucediendo: ¿mi pareja está pasando por un mal momento? ¿Cómo me he comportado yo en los últimos días/semanas? ¿El respeto sigue intacto a pesar de que no nos estemos comprendiendo? ¿Por qué me está culpando de todo?

Hacer estas preguntas, te ayudará a tener un panorama más claro del problema. El siguiente paso es el más importante.

Comprender con el diálogo ¿por qué mi pareja me echa la culpa de todo? 

Es posible que tu ser amado no tenga buenas habilidades de comunicación. Sin embargo, cuando hay afecto y voluntad por abordar los problemas, es necesario propiciar los mecanismos para facilitar un buen diálogo. Estas son algunas claves para abordar la situación con una comunicación correcta:

  • Expón de manera asertiva y sencilla la situación.
  • Aporta ejemplos concretos: «ayer me culpaste de X cosas».
  • Exprésate de manera relajada, sin amenazar ni enjuiciar.
  • Deja claro cómo te hacen sentir esas expresiones.
  • Dile a tu pareja que deseas comprender cómo se siente y la razón de dichas dinámicas.
  • Permite que se exprese, que argumente sus ideas y escucha de manera empática.
  • Procura no interrumpir y dale señales para hacerle ver que entiendes lo que te comunica.
  • Propón posibles soluciones: «en lugar de acusarme, dime lo que te pasa o cómo te sientes».
  • Acuerda un cambio, estrategias y su puesta en práctica.

El diálogo comprensivo, empático y respetuoso es el pilar más decisivo en una relación de pareja

Analizar los avances de los acuerdos realizados

«Si mi pareja me culpa de todo, no es algo que pueda tolerar de manera indefinida». Esta idea es importante interiorizarla para no caer en situaciones de gran vulnerabilidad psicológica. Por ello, es importante que percibas progresos en la calidad de vuestra comunicación y, sobre todo, que la proyección de la culpa se desactive.

En su lugar, debe aparecer la responsabilidad afectiva, el respeto y la asertividad. Para ello, evalúa cómo avanza vuestra relación en conjunto y en especial, a través de diálogos sanadores que deben actuar como tendón psicológico en cada dinámica.

¿Qué pasa si me sigue culpabilizando de todo?

El uso persistente de la culpa puede ser, en ocasiones, una forma de abuso psicológico interpersonal. En estos contextos es necesario valorar en conjunto la calidad de tu relación de pareja, focalizándote en los siguientes aspectos:

  • ¿Respeta tus necesidades, tus opiniones, valores y aspiraciones?
  • ¿Te sientes amado/a? ¿Te cuida y se preocupa por ti?
  • ¿Puedes tener una comunicación de calidad con tu pareja?
  • ¿Podéis llegar a acuerdos?
  • ¿Cómo te sientes en esa relación?

Si tras valorar estas cuestiones llegas a la conclusión de que las cosas no van bien, puedes optar por la terapia de pareja para salvar la relación. Trabajos como los publicados en Family Process, destacan su eficacia para abordar un amplio espectro de disfunciones relacionales

Por otro lado, en caso de que tu pareja no quiera dar el paso y no cambie sus conductas, deberás valorar alguna decisión más drástica, como la separación. Tu bienestar psicológico es lo primero.



Recomendación: el coste de convivir con «traficantes de culpa» no vale la pena

Los traficantes de culpa no solo tienen el aspecto de la pareja. Esta conducta dañina aparece también en las relaciones de familia y hasta de amistad. Son perfiles con una inteligencia emocional inmadura y con deficientes habilidades de comunicación. Vivir junto a quien no se responsabiliza de sus problemas y elige culpar a los demás de lo que les frustra, resulta muy destructivo.

No dudes en demandar cambios, y proponer mecanismos para mejorar la relación. Sin embargo, ten en cuenta que ese esfuerzo debe provenir también de la perosna conflictiva. Si no hay voluntad y se reincide en ese tipo de comunicación agresiva, deberemos priorizar nuestro equilibrio emocional y mental. Tengámoslo en cuenta.


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