¿Qué es la pasión?

¿Qué es la pasión?, ¿de qué manera podemos impregnar nuestra vida de ella?, ¿cómo vivirla de manera saludable? Si quieres conocer las respuestas, ¡sigue leyendo!
¿Qué es la pasión?
Leticia Martín Enjuto

Revisado y aprobado por la psicóloga Leticia Martín Enjuto.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 10 julio, 2023

La pasión es una fuerza intensa que nos llena de vitalidad para hacer algo con mucho entusiasmo. Está relacionada con un interés profundo por una causa, idea, persona, actividad u objeto. ¿Alguna vez la has experimentado?

Cuando nos dejamos inundar por ella, nuestra motivación incrementa y la conexión que sentimos con nuestra propia vida se fortalece. Con la pasión de nuestro lado no solo enriquecemos cada momento, sino que dotamos de sentido cada instante de nuestra existencia.

En este texto exploraremos qué es la pasión, su tipología y cómo podemos conectarnos con ella de manera saludable. También examinaremos las claves para vivir una vida apasionada y cómo superar los obstáculos que pueden surgir en el camino.

La pasión: un sentimiento que nos motiva

La pasión es un sentimiento muy intenso que involucra el deseo y el entusiasmo por algo. Refleja un interés particular por una causa, idea, actividad, persona u objeto. En un artículo sobre el bienestar y la pasión, Robert Vallerand la define como: «una fuerte inclinación hacia una actividad autodefinida que a las personas les gusta (o incluso les encanta), encuentran importante y en la que invierten tiempo y energía de manera regular».

Decimos que alguien se apasiona por algo cuando establece una relación de afinidad muy fuerte con eso. Hay pasiones que enaltecen la condición humana y constituyen el condimento que nos lleva a materializar los logros más grandes. Así pues, según el libro The psychology of passion: A dualistic model, estar apasionado por una actividad proporciona alegría y significado en la vida, esto hace que la existencia valga la pena.

La pasión es una realidad que nos autodefine, es decir, que expresa un rasgo significativo de nuestra identidad, de nuestra personalidad. Es importante distinguir entre una pasión y un pasatiempo, ya que son términos que tienden a homologarse. Por ejemplo, una cosa es ser un «trompetista», lo cual constituye una pasión y otra cosa es «interpretar la trompeta», lo que podría tomarse como un pasatiempo.

Las actividades que conllevan verdadera pasión requieren cantidades enormes de tiempo y energía. Son convicciones auténticas que nos satisfacen.

¿Cuáles son sus características?

La pasión puede expresarse en diferentes ámbitos de la vida: el amor, el trabajo, la comunidad, la familia, etc. Algunas de sus principales características son:

  • Fuerza: es una capacidad física y/o mental intensa cargada con mucha energía y entusiasmo. Hace que el individuo se sienta desbordado por su ímpetu. Puede afectar los pensamientos y las conductas.
  • Latencia: el periodo de tiempo que permanece es mayor que el de los intereses pasajeros o caprichos. La pasión tiende a durar más, aunque con el paso de los años puede variar, dependiendo del cambio evolutivo de la persona y del contexto.
  • Concentración: hace que la persona esté enfocada en aquella actividad, objeto o idea que le apasiona. Por ende, la atención aumenta. Esto está relacionado con el estado de flow o flujo.
  • Satisfacción: la pasión provoca sensaciones agradables en el cuerpo. El placer, la gratificación y el bienestar aumentan. De igual forma, aparecen otras emociones positivas como la alegría y la felicidad.
  • Persistencia: impulsa al sujeto a perseverar en aquello que le apasiona, a pesar de las dificultades que se le puedan presentar en el camino.
  • Dedicación: hace que la persona invierta tiempo en ella y que sacrifique o negocie otros ámbitos de su vida para tener más espacio que dedicarle.

Es importante destacar que estas características pueden volverse negativas si la pasión no es adaptativa y desequilibra el funcionamiento en otras áreas de la vida. Por eso, es fundamental mantener un balance adecuado y una perspectiva saludable de la pasión.

Tipos de pasión

De acuerdo con un artículo de investigación publicado en la revista Journal of Personality and Social Psychology, existen dos tipos de pasiones: armónicas u obsesivas. Ambas se pueden distinguir con base en cómo la actividad se integra en la identidad. Veamos cada una.

Pasión armónica

Es aquella que se integra en nuestra identidad; ya que nos valoramos y elegimos las actividades por nuestra propia voluntad. Para ello, nos hace falta, tanto dominarnos, como estar atentos a nuestro desempeño para mejorar las habilidades.

Los autores del artículo citado sostienen que este tipo de pasión «resulta de una interiorización autónoma de la actividad en la identidad». En otras palabras, la persona ha aceptado de manera libre la actividad como una parte significativa de ella.

Esta internalización genera mucha motivación y engendra voluntad y aprobación sobre aquello que apasiona. Con este tipo de pasión no nos sentimos abrumado y nos percibimos en armonía con la vida.

Además, está vinculada con el estado de flujo. Por ende, cuando estamos inmersos en una actividad por el placer de participar, podemos llegar a perder el sentido de nosotros y del tiempo. Sentimos que sin esfuerzo mejoramos nuestra concentración, somos flexibles y abiertos.

Pasión obsesiva

Implica perseguir sin descanso aquello que nos apasiona. Por lo tanto, podríamos sentir que la actividad nos domina. Se trata de una compulsión a la actividad.

En el 2003, Robert Vallerand y su equipo de trabajo indicaron que esta pasión emerge de una internalización controlada de la actividad en la propia identidad. Es decir, la asumimos como consecuencia de la presión intrapersonal o interpersonal. Por eso, a pesar de que nos guste, nos sentimos obligados a participar en ella. No lo podemos evitar. La pasión nos controla.

«Debido a que el compromiso con la actividad está fuera del control de la persona, eventualmente ocupa un espacio desproporcionado en la identidad y causa conflicto con otras actividades en la vida», eso afirman los autores mencionados.

De este modo, perdemos el sentido de autocontrol, y al no cesar, llega a causarnos daño, agotamiento, sentimientos de culpa y de vergüenza. No se trata de emociones en esencia negativas, pero llegan a serlo cuando las experimentamos con mucha frecuencia y no les concedemos espacio a otras.

La pasión obsesiva involucra rigidez a la hora de realizar la actividad. Por lo tanto, hay dificultad para adaptarnos o alejarnos cuando es necesario para nuestro bienestar. Un hecho que podría afectar no solo la actividad en la que nos estemos desenvolviendo, sino también otras áreas de nuestra vida.

Al contrario de lo que sucede con la pasión armónica, en la obsesiva nos resulta difícil estar conectados con el momento presente. Incluso, podría resultar difícil definirnos al margen de esta pasión.



¿Cómo conectarnos con una pasión saludable?

Hay varios caminos para conectarnos con una pasión que resulte nutritiva para nuestras vidas. Veamos algunos:

  • Visualizar. Se trata de que revivamos en nuestra mente algún momento en el que hayamos experimentado una pasión armoniosa, derivada de nuestros trabajos o alguna actividad significativa. Al visualizar esos instantes podemos reconocer aquellos elementos, emociones y sensaciones que los hicieron especiales.
  • Anclarnos al presente. Así, nos comprometeremos con la actividad. Estar presente implica depositar todas nuestra atención y energía en lo que está sucediendo, en lo que estamos haciendo aquí y ahora. Al estar presentes podemos sumergirnos en eso que tanto nos apasiona. Esto, a su vez, nos hará sentir más satisfechos y conectados.
  • Tomar decisiones de forma autónoma, y no depender de los resultados. Hacerlo basándonos en nuestros valores. Para ello es necesario que identifiquemos los que nos importa y motiva, y luego elegir en función de esos principios. De esta manera, nos aseguramos de que lo que hacemos esté en sintonía con lo que sentimos y creemos.
  •  Agradecer. Hacer lo que nos gusta por el hecho de tener esa oportunidad. El agradecimiento nos conecta con las pasiones saludables. Cultivar esta actitud ante esas actividades apasionantes nos permitirá valorarlas mejor y nos hará vivirlas de manera más sana, ya que la gratitud tiene enormes beneficios para nuestra existencia.
  • Seamos flexibles. Consiste en adaptarnos a distintas situaciones para manejar mejor las vísperas no planeadas. La flexibilidad nos permite encontrar nuevas oportunidades y pasiones. Asimismo, nos ayuda a superar los obstáculos que se nos presentan en la vida. Ser flexible es imprescindible para una pasión saludable, ya que nos aleja de la rigidez y la obsesión.
  • Disminuir actividades que nos causen conflicto. Es decir aquellas que causan un impacto negativo en algún área de nuestras vidas. Al disminuir la influencia de los conflictos podemos hacer más espacio en nuestra vida para dedicarnos a lo que nos apasiona.
  • Realizar actividades en sintonía con nuestra identidad. Poner en práctica aquello que nos brinde satisfacción y alegría. ¡Ojo! Con esto no queremos decir que únicamente debamos estar alegres, pero sí que no predominen emociones que nos causen malestar con frecuencia.

La pasión estimula el entusiasmo y la determinación. Es una forma de impulsar el crecimiento y generar resiliencia —capacidad de sobreponernos a nuestros problemas—. Además, como fuente de energía tiene un valor incalculable y constituye un precioso lugar para la inspiración cuando somos nosotros quienes la gobernamos.

Claves para vivir con pasión

Cuando algo nos apasiona no nos importa dedicar mucho tiempo y esfuerzo. Por el contrario, la dedicación a lo que nos gusta es gratificante y rinde sus frutos. Por eso, es importante descubrir con qué tenemos afinidad, qué despierta un interés especial en nosotros. Eso que nos ilumina el corazón, lo que sin importar cuánto tiempo nos exija, no nos cansamos de hacerlo.

Para alimentar la pasión en nuestras vidas es de vital importancia indagar en nuestro interior y encontrar aquello que nos sacude el alma. No basta con que nos resulte entretenido, debe ser algo que nos conmueva. Luego debemos preguntarnos a dónde queremos llegar en ese terreno, así encontraremos la motivación suficiente para desplegar nuestra energía.

Una estrategia que no falla es la de partir de aquello en lo cual tenemos habilidad. Esto es fundamental a la hora de emprender cualquier proyecto. Enfocarnos en eso no solo amplía nuestro horizonte, sino que nos acerca a quienes tengan intereses similares. Esto generará un panorama en el que hay grandes posibilidades de éxito.



Para tener en cuenta

El conformismo es el principal enemigo de nuestras pasiones. Por eso, es mejor asumir una actitud humilde pero ambiciosa al mismo tiempo y tomar ejemplo de los grandes hombres que se han jugado a fondo por sus ideales. No podemos poner límites a nuestros sueños, muchas pasiones desaparecen cuando nuestros temores afloran. Por tanto, debemos ser tenaces y arriesgar.

Es imperioso alejar de nosotros todo lo que sea negativo. Recuperar la actitud soñadora y curiosa que teníamos de niños y apartar toda limitación mental que ponga límites a lo que deseamos lograr. No podemos continuar desperdiciando nuestro tiempo y energía en cosas que no correspondan a lo que verdaderamente nos estremece en la vida.

Pocas cosas son tan estimulantes como compartir nuestra pasión con otros. Nos permite reconectarnos con nuestro interior y dar lo mejor de nosotros mismos. Pero no solo eso, es posible que podamos despertar la pasión que dormita en los demás. Incluso, es probable que nuestros destinatarios se conviertan en nuevos estimuladores de la pasión en el resto de personas.


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