¿Sabes qué es el «cuckolding»?

Ver a la pareja mientras mantiene relaciones sexuales con otra persona se ha convertido en una nueva actividad para reavivar la pasión. Aprende a aplicarla.
Marián Carrero Puerto

Escrito y verificado por la psicóloga Marián Carrero Puerto.

Última actualización: 08 febrero, 2024

En la actualidad, existen múltiples propuestas que desafían los límites convencionales de la monogamia. Una de ellas es el cuckolding, donde los hombres consienten los encuentros sexuales de sus parejas con otros hombres; mientras ellos son testigos de todo el acto.

Cuando son las mujeres quienes observan a su pareja, se le conoce como cuckqueaning. Ya sea un chico o una chica la que observe, la dinámica de fondo es la misma. En este artículo profundizaremos en ella y te diremos cómo puedes iniciarte en esta práctica.

Qué es el «cuckolding»

La infidelidad es uno de los motivos más frecuentes por el que las parejas deciden poner fin a su relación. Sin embargo, en la actualidad existe un nuevo fetichismo que busca este tipo de engaño, ya sea real o imaginario, con el objetivo de conseguir placer y aumentar la llama de la pasión en la pareja. Se trata del cuckolding.

Esta peculiar modalidad fetichista consiste en que una mujer tenga relaciones con otro hombre y luego cuente a su pareja lo que ha experimentado en este encuentro, o bien este ejerza de espectador durante la relación sexual. Curiosamente, a partir de esto, la pasión en la relación de pareja renace de nuevo.

En esta práctica, se denomina cuckolds a aquellos hombres que permiten que su pareja o esposa mantenga relaciones sexuales con otros hombres; mientras él solo se sienta a observar. En muchas ocasiones, son ellos los que incentivan a sus parejas a realizar este tipo de actos, donde ellas los «engañan» con otro hombre para obtener mayor excitación sexual.

Para las personas que practican el cuckolding, garantizar a su pareja la libertad de expresar su sexualidad es una considerable fuente de excitación que puede convertirse en fetichismo.

Características del «cuckolding»

Se dice que es el estilo de vida alternativo de más rápido crecimiento y, ya sea que las parejas lo incorporen como un juego de rol de fantasía o como una realidad, atrae a mujeres y hombres en niveles primarios, intelectuales y sociopolíticos. De hecho, ha sido llamado fetichismo intelectual.

El término cuckolding es un anglicismo compuesto por «cuck» (cuernos) y «olding» (personas mayores).

Entre sus características destacan:

  • Es un encuentro consentido por todos los involucrados.
  • En todo momento, el hombre está observando a su pareja.
  • La tercera persona involucrada es conocida como bull (toro).
  • El cuckold asume un rol pasivo o sumiso en el contexto de la práctica.
  • Hay un componente de humillación erótica que excita al cuckold.
  • Se obtiene placer al ver a la pareja tener sexo con otro hombre.
  • Posee elementos del BDSM, como la sumisión y el masoquismo del observador.
  • Para la mujer, puede haber un componente de excitación al ser observada por su pareja; mientras tiene sexo con otro.

No podemos olvidar el poderoso papel que tiene la transgresión en este acto consentido, tanto para la mujer como para el hombre. Para la primera representaría el contacto con lo prohibido, a través de la ruptura de la fidelidad; para el segundo, el acto de impulsar a la pareja a transgredir.

Cómo practicar el «cuckolding»

Cuando se realiza de manera cuidadosa y consentida, puede ser una de las experiencias más emocionantes y excitantes que puedes tener con tu pareja. Veamos algunos aspectos claves para aplicarlo.

1. Tener una comunicación sincera

Antes de practicarlo, es imprescindible que hables con tu pareja sobre tus fantasías y lo que te gustaría que hicieran. Expresa con claridad tu interés y qué buscas a través de esta práctica. Escucha la respuesta de tu pareja, sus preocupaciones y deseos.



2. Establecer límites

Al conseguir el consentimiento, el siguiente paso que deben dar ambos es definir los límites y reglas que tendrán. Esto implica determinar quién será la otra persona, qué actividades sexuales están permitidas y cuáles no, cada cuánto puede hacerse y en qué lugar, etc.

3. Seleccionar al tercero

Elegir a un bull apropiado es fundamental para que ambos se sientan cómodos. Busquen a alguien que les genere tranquilidad y confianza y, sobre todo, que respete los límites y reglas que ustedes han definido.

4. Priorizar la salud sexual

Asegúrate de acordar medidas de protección con tu pareja, como usar condón, realizarse pruebas de ITS con frecuencia u otras medidas que consideres pertinentes. No debes poner por encima de tu salud el placer y la excitación.

5. Hacer retroalimentación

Después de cada encuentro sexual, tómate un tiempo para hablar con tu pareja y saber cómo se sintió y expresarle cómo te sentiste tú. También, pueden discutir sobre el uso de nuevas reglas o límites o la eliminación de otros. Esta revisión conjunta les permitirá mejorar la experiencia para ambos.

¿Una experiencia positiva practicarlo?

La práctica o fantasía del cuckolding puede ser una experiencia en gran parte positiva para muchas parejas. Ahora bien, es de vital importancia que los miembros de la pareja tengan gran confianza y respeto a la hora de consentir este tipo de relaciones y lo consideren un juego con el que avivar la llama de la pasión. Es decir, se trata de que los dos conecten y disfruten de esos actos, sin exigencias ni presiones.

¿Qué buscan las personas?

Los expertos opinan sobre el motivo por el que esta práctica sexual puede llegar a gustar a un determinado tipo de personas, en su mayoría hombres:

  • Para algunos se considera como una variante del masoquismo. Sentirse humillado por parte de la pareja es importante para los defensores de esta variante. Pero el hecho de que a los practicantes de esta modalidad no les atraigan otras formas de sadomasoquismo hace que se descarte de algún modo esta opción.
  • Según otras teorías, no sería una forma de ser dominado, sino más bien de dominar, puesto que es el hombre el que decide cuándo y en qué condiciones le engañan.
  • Se puede creer en otros casos que se trata de una forma de escapismo, o lo que es lo mismo, sus defensores lo utilizan de modo inconsciente para eludir sus propias responsabilidades sexuales en otro hombre.
  • Asimismo, hay quien opina que la práctica puede convertir a la mujer en un objeto hipersexual, en extremo deseado por otro hombre. La pareja masculina piensa que sigue siendo su «propietario», por ello, siente que posee un símbolo de estatus.
  • Enmascarar la bisexualidad es otra de las posibles explicaciones. Hacer creer que es la mujer la que produce la excitación y aprovechar esta máscara para observar a un hombre sin tapujos realizando el acto sexual, podría ser otro de los motivos de su práctica.

Sea la explicación que sea, está claro que quienes lo practican de manera libre y consciente disfrutan plenamente de este fetiche. En la libertad y necesidades de cada ser humano está llevarlo a la práctica o, por el contrario, calificarlo como un acto imposible.

«En el fetichismo, el sexo echa abajo las barreras entre los mundos orgánico e inorgánico. Vestidos y adornos establecen con él sus alianzas».

―Walter Benjamin―

¿En qué se diferencia el «cuckolding» de otras prácticas?

Aunque comparte similitudes con otras prácticas sexuales no monogámicas, tiene sus propias particularidades. Veamos en qué se diferencia de alguna de otras actividades o relaciones.

Poliamor

El poliamor se basa en la capacidad de amar y mantener un vínculo afectivo con más de una persona a la vez. Por su parte, el cuckolding no se centra en el amor, sino en el sexo, donde un observador obtiene placer al ver a su pareja con otro hombre.

Relaciones abiertas

En este tipo de relaciones, las personas acuerdan tener encuentros sexuales con otros sujetos fuera de la pareja principal, pero no involucra a un observador presente. No tiene ese matiz un tanto voyeurista de la práctica sexual que estamos analizando.

«Hotwifing»

Ambas prácticas son muy similares porque tienen un observador. La única diferencia es que en el cuckolding hay elementos del BDSM como la sumisión y el masoquismo. Mientras que en el Hotwifing estos componentes están ausentes y lo que excita es el orgullo de tener una pareja atractiva y sexy que genera deseo en el bull.  

«Swinger»

A diferencia de la actividad analizada aquí, esta no se centra en la observación, sino en el intercambio sexual de parejas. Las prácticas swinger ocurren entre dos o más parejas que buscan explorar y probar cosas nuevas en el plano sexual.

Voyeurismo

Tampoco hay que confundirlo con el voyeurismo. Este último consiste en el acto de observar a otras personas desnudas, en ropa interior o manteniendo relaciones sexuales sin que estas sean conscientes de ello con el objetivo de excitarse.



Un camino para explorar la sexualidad

El cuckolding, con sus matices de sumisión, humillación erótica y masoquismo, ofrece una oportunidad donde las parejas pueden cumplir sus fantasías en un entorno de consentimiento. Aunque es controvertida para algunos, su popularidad destaca porque es una búsqueda de experiencias sexuales que trascienden la normatividad.

Cuando se lleva a cabo es importante que haya mucho respeto, confianza, comunicación y acuerdo. De este modo, se puede aprovechar el potencial que tiene para reavivar la pasión en las relaciones sexoafectivas.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.