6 trampas psicológicas que te impiden ahorrar

Tus decisiones sobre qué hacer con tu dinero están impulsadas por varios mecanismos psicológicos. Te desvelamos esas trampas que te impiden ahorrar y te ofrecemos algunas estrategias para poder lograrlo.
6 trampas psicológicas que te impiden ahorrar
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 15 julio, 2023

Después de pagar las facturas de cada mes y de aquello que no puedes eludir, te queda una cantidad de dinero. Y es probable que uno de tus propósitos sea reservar parte de ese dinero, aunque sea una cantidad pequeña. A veces, esa intención es difícil de completar, reduciendo tus posibilidades de concretar planes futuros y de tener fondos en caso de un imprevisto o emergencia.

En este sentido, te interesará saber que tu mente está dominada por ciertos impulsos que incentivan, en ocasiones, el gasto impulsivo. Las emociones y los sesgos cognitivos actúan como molestos enemigos que te hacen usar en exceso la tarjeta de crédito.

La buena noticia es que estas son conductas que puedes prevenir, si conoces mejor sus motivantes. Estar al tanto de esas trampas psicológicas que te impiden ahorrar te facilitará realizar una mejor gestión de tu economía y, con ello, mejorar tu patrimonio neto. En la siguiente lectura te desvelamos esas claves.

El marketing de las empresas apela a nuestras emociones con el fin de incentivar la conducta de compra mediante trampas psicológicas.

¿Cuáles son las trampas psicológicas que te impiden ahorrar?

A menudo solemos asumir que solo las personas con mayores ingresos tienen capacidad para ahorrar. No obstante, trabajos como el publicado en la revista PloS One matizan esta idea. El hecho de percibir que uno tiene un salario adecuado —aunque este no sea muy elevado— también facilita una mejor gestión de la economía personal.

Ello nos demuestra, sin duda, que la psicología y el enfoque personal de cada uno resulta decisivo en materia de ahorro. Hay quien cae en el gasto excesivo, aunque tenga pocos recursos, y luego están las personalidades frugales; las que apenas gastan.

Conocer esas trampas que te impiden ahorrar te facilitará, sin duda, tener mejores herramientas para usar tu capital. Te las describimos.



1. La compra emocional

Tu estado de ánimo condiciona tu intención de compra. Algunas veces, un mal día en el trabajo hace que pases por el centro comercial y termines por adquirir productos que no necesitas. Pero el solo impulso de adquirirlos te provoca un pequeño subidón de endorfinas y serotonina. Después llega el arrepentimiento.

Algo parecido sucede en los medios digitales. En un artículo de la revista Frontiers in Psychology, se destaca como internet, los videos o imágenes a las que nos exponemos apelan a nuestras emociones. Esa conexión e impacto psicoemocional también median en ese gasto económico excesivo.

2. El efecto halo

Entre las trampas psicológicas que te impiden ahorrar hay una en la que caemos la mayoría. El efecto halo consiste en hacer una generalización errónea a partir de una sola acción o característica.

Este efecto puede crear en tu mente una percepción de falsas recompensas que te llevan a un gasto desproporcionado, de acuerdo con el libro Tu dinero y tu cerebro: por qué tomamos decisiones erróneas y cómo evitarlas según la neuroeconomía (2013). En el ámbito económico se traduce en acciones como las siguientes:

  • En vista de que el mes pasado ahorraste bastante, este mes te das más licencias.
  • Como ayer no comiste fuera, hoy te das un capricho y te compras una pieza de ropa.
  • Como el electrodoméstico que necesitabas te ha costado más barato, decides gastarte la diferencia en una cena.

3. La trampa de costes hundidos

La falta de una adecuada educación financiera puede hacer que cometas algún error. A todos nos sucede. Ahora bien, hay personas que en algún momento derivan en conductas ilógicas en lo que al proceso de toma de decisiones se refiere, tal y como lo señala un artículo de Frontiers in Psychology. Un ejemplo de estas conductas es no querer asumir los fallos cometidos en el ámbito económico.

La trampa de costes hundidos es una conducta que aparece cuando no quieres tomar conciencia de una mala inversión y, además, no la corriges. Por ejemplo, estar pagando un seguro o una compañía de internet más cara y no asumirlo ni resolverlo. Este comportamiento se debe a una mezcla de orgullo, mecanismos de defensa o simple inacción.

4. La trampa de la contabilidad mental

¿Has ganado alguna vez la lotería? De lograrlo, es probable que te sientas impulsado a una conducta de compra y al gasto desmedido. Una de las trampas psicológicas que te impiden ahorrar tiene que ver con el efecto de la contabilidad mental.

Esta trampa consiste en que las personas otorgamos un valor subjetivo al dinero en función de su procedencia; por ende, si te llega una cantidad de forma más fácil o inesperada, la sueles gastar antes.

Ganar dinero de forma más sencilla o recibirlo de forma inesperada por un regalo o un premio provoca que, lejos de ahorrar esa cantidad, optemos por gastarla antes.

5. La aversión a la pérdida de la oportunidad

Acabas de ver que ese móvil que tanto te gusta está en rebaja. Este mes ya has hecho muchos gastos y te gustaría ahorrar un poco, pero ¿cómo dejar pasar esa oportunidad?, ¿y si dentro de unas semanas su precio sube? La aversión a la pérdida de la oportunidad provoca que caigas en la trampa de las compras precipitadas. 

Investigaciones como la publicada en Frontiers in Psychology nos indican que esta característica no es un sesgo cognitivo. Es cierto que está impulsada por un factor emocional —¿cómo voy a dejar pasar esa oferta?—, pero, lo cierto es que se vincula más con nuestro modo de procesar la información.

No nos damos cuenta de que es una trampa. El marketing es hábil para manipularnos y apela a la inmediatez y a nuestras emociones. Ello explica por qué las tiendas preparan ciertas estrategias psicológicas para favorecer nuestra intención de compra. Y lo más común es que piquemos el anzuelo.

6. La comparación social

Tu vecino acaba de adquirir un coche nuevo. Tu compañera de trabajo se ha comprado un vestido que te fascina. En la última reunión con tu familia, tu hermano hablaba del último viaje que ha hecho. El entorno social es ese escenario en el que todos exponen sus adquisiciones y experiencias; esas con las que también tú sueñas de vez en cuando.

Otra de las trampas psicológicas que te impiden ahorrar tiene que ver con la comparación social. Muchas de tus compras las llevas a cabo con el fin de no ser menos que los demás y poseer lo mismo que tienen otros. Son acciones que, en ocasiones, todos llevamos a cabo de manera inconsciente condicionados por las modas y el contagio psicosocial.

Nuestras emociones condicionan nuestro impulso de compra llevándonos a adquirir productos que no siempre necesitamos.


Estrategias que te permitirán ahorrar a largo plazo

Hay un libro muy interesante titulado Simple Wealth: The Practical Guide to Transform Your Relationship with Money and Live in Abundance (2021), de Holly Morphew, experta en finanzas. En este trabajo nos señala que, para ahorrar, debemos mejorar la mentalidad que tenemos sobre el dinero.

A veces, nuestra educación nos condiciona y nos hace ser más impulsivos y menos ahorradores. Veamos algunas estrategias básicas para mejorar la tendencia y ahorrar más a largo plazo:

  • Cubre tus deudas.
  • Evita las compras impulsivas.
  • Marca un tope de gasto en tu tarjeta de crédito.
  • Analiza tus gastos y elimina aquellos innecesarios.
  • Toma conciencia de tus emociones antes de comprar.
  • Acuerda con tu familia un plan de gastos y de ahorro.
  • Aplica una mentalidad frugal: no consumas ni gastes más de lo necesario.
  • Planifica: establece la cantidad que deseas ahorrar (por ejemplo, 20 % de tu sueldo).
  • Pagar en efectivo es una estrategia mental para tomar conciencia sobre el uso de tu dinero.
  • Ten en cuenta las trampas psicológicas que te impiden ahorrar aquí descritas.

Asimismo, ten siempre presente el componente motivacional. Visualiza lo que puedes lograr el día de mañana si ahorras una pequeña cantidad cada mes. Esta estrategia puede ser una sencilla aliada mental con el fin de usar un poco menos tu tarjeta de crédito.

El ahorro, una conducta psicológica que puedes usar a tu favor

Para concluir, en vista de que nuestra actualidad es cada vez más compleja y variable, nunca está de más desarrollar nuevas estrategias de ahorro para tener siempre a mano tu propio «colchón económico». Y, aunque esta conducta se observe siempre desde una perspectiva financiera, lo cierto es que está tamizada por variables psicológicas de gran relevancia.

Conocerlas, poner a tu favor tus emociones, motivación y enfoque mental, te permitirá vivir mucho mejor. El ahorro, más que una virtud, es una conducta que todos podemos mejorar y promover. Empieza hoy mismo.


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