¿Cómo identificar y afrontar el «shock» emocional?

Perder a un ser querido, recibir una mala noticia o sufrir un accidente, por ejemplo, son eventos de gran impacto emocional. Saber manejarlos evitará el desarrollo de posibles traumas. Toma nota de cómo hacerlo.
¿Cómo identificar y afrontar el «shock» emocional?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 13 mayo, 2023

Un shock emocional es una respuesta psicofísica normal a una experiencia anormal y traumática. Muchas veces ocurren tesituras existenciales en las que, de pronto, se comunica o se vivencia una circunstancia para las que no se está preparado. El dolor y el desconcierto es tan inmenso que la persona se bloquea y es incapaz de reaccionar.

Los eventos adversos tienen un gran impacto en el cerebro y el organismo. Se libera un alto nivel de neurotransmisores, como el cortisol o la adrenalina, las emociones son de lo más abrumadoras y no se piensa con claridad. Lo necesario en esos instantes son unos «primeros auxilios psicológicos», es decir, estrategias para procesar la situación de manera más ajustada.

Conozce a continuación otros aspectos sobre este fenómeno tan recurrente y también difícil de asimilar.

El choque emocional no es una experiencia patológica, es una reacción normal cuando se intenta procesar algo difícil de asumir.

Shock emocional: definición, síntomas y causas

Un shock emocional es una reacción del cuerpo y la mente a una circunstancia inesperada y altamente estresante. Cabe puntualizar que no se está ante ninguna experiencia patológica como tal. Todo lo contrario, esta respuesta es el mecanismo normal que tiene el cerebro a la hora de aceptar algo inesperado y que no puede integrar de forma inmediata.

Ahora bien, el modo de manejar ese choque emocional garantizará o no que la salud mental esté protegida a largo plazo. En otras palabras, de no procesar de manera adecuada esa vivencia, se corre el riesgo de desarrollar un trastorno psicológico.

Al respecto, un estudio de la Universidad Estatal de Pensilvania enfatiza cómo las respuestas emocionales a los sucesos estresantes desencadenarían depresiones futuras. Sigue la lectura y descubre más datos sobre este tema.



Hombre preocupado sentado en la sala de una casa que sufre shock emocional
El choque emocional se manifiesta con una amplia variedad de síntomas físicos y emocionales.

¿Cómo se manifiesta?

El shock emocional es, por encima de todo, un evento psicobiológico regulado por el sistema nervioso central. En consecuencia, lo primero que se siente es una respuesta fisiológica impulsada por la adrenalina y el cortisol. El objetivo de este mecanismo es preparar para la lucha, la huida o la respuesta de congelación.

El abanico de sensaciones, emociones y procesos experimentados es muy amplio. Asimismo, es común que cada persona manifieste ese impacto emocional de una manera particular. Es frecuente que, al exponer a varios individuos a un mismo evento adverso, cada uno reaccione de manera diferente. Por término medio, las siguientes son las respuestas recurrentes:

  • Náuseas.
  • Dolor de cabeza.
  • Tensión muscular.
  • Ataques de pánico.
  • Presión en el pecho.
  • Entumecimiento emocional.
  • Disnea o dificultad para respirar.
  • Taquicardias, mareos, pérdida del sentido.
  • Niebla mental o inconvenientes para pensar con claridad.
  • Respuestas violentas o autolesivas como, por ejemplo, darse golpes.
  • Desahogo emocional inmediato: lágrimas, gritos, sollozos.
  • Bloqueo o congelación. No saber cómo reaccionar, quedarse paralizado.
  • No aceptar lo sucedido y sufrir la desrealización (sentir que aquello que te rodea no es real).
  • Experimentar un amplio rango de emociones de valencia negativa: miedo, rabia, tristeza, desesperación.
  • El impacto emocional puede cursar con la disociación, es decir, con desconectarse de la realidad inmediata.

El impacto emocional se manifiesta con un amplio rango de características, de hecho, dos personas pueden estar expuestas a la misma vivencia dolorosa y estresante y tener reacciones emocionales muy diferentes.

¿Cuáles son las causas del shock emocional?

Cualquiera es vulnerable de atravesar en algún momento un choque emocional. Ello explica la relevancia de disponer de este tipo de «psicoeducación», con la cual comprender mejor ciertas reacciones e incluso saber cómo actuar para ayudar a los demás. Los desencadenantes generan esta realidad psicológica suelen ser los listados a continuación:

  • Perder un empleo.
  • Padecer un accidente.
  • La muerte de un ser querido.
  • Recibir un diagnóstico médico.
  • Ser testigo de un hecho violento.
  • Ser testigo de un desastre natural.
  • Estar en un escenario bélico o violento.
  • Sufrir un asalto, un robo o agresión sexual.
  • Sufrir una ruptura afectiva o una infidelidad.


Diagnóstico y tratamiento del choque emocional

El shock emocional requiere de un adecuado acompañamiento psicológico, pero no de una intervención clínica o terapéutica inmediata; debido a que se trata de una reacción comprensible ante una circunstancia que la persona no sabe procesar.

Por lo general, poco a poco se asienta esa vivencia tras aceptar lo sucedido sin requerir de tratamientos especializados. Pero en el caso de que esa experiencia persista en el tiempo y haya claros obstáculos para recuperar las riendas de la propia vida, será necesaria la terapia psicológica.

¿Cómo saber si se requiere una intervención?

Esta clase de shock es un proceso organizado en una serie de etapas muy claras listadas enseguida:

  • Fase de impacto. El hecho adverso acaba de suceder y el cuerpo y la mente de la persona reaccionan de manera muy estresante e intensa.
  • Fase intermedia. En esta etapa la persona está asimilando la experiencia y transita por unos días en los que se debate entre emociones diversas: miedo, desesperación y tristeza, por ejemplo.
  • Fase de aceptación. El hecho sigue suscitando dolor, pero ya hay una clara aceptación y la voluntad de seguir adelante.

La intervención clínica sería necesaria en caso de que el paciente siguiera encallado en la fase de impacto o en ese estado intermedio, en el cual las emociones difíciles alteran toda parcela de su vida.

¿Qué tipo de tratamiento son los más adecuados?

Para acompañar a la persona en la experiencia del shock en cuestión y evitar el riesgo de que derive en un trastorno de estrés postraumático, son adecuados los primeros auxilios psicológicos (PAP). La Universidad de Miami destaca en un trabajo su idoneidad como asistencia temprana en situaciones de desastres o eventos adversos. Las claves que orquestan esta estrategia de atención inmediata son las siguientes:

  • Tranquilizar de forma realista.
  • Observar y escuchar a la persona.
  • Buscar apoyo para la persona (conocidos, familiares).
  • Ofrecerle una información clara, justa y comprensible.
  • Establecer un vínculo de cercanía, empatía y protección.
  • Facilitarle lo que necesite para que se sienta cómoda y segura.

Por otro lado, en caso de que sea necesaria una intervención psicológica, resultan útiles la terapia de aceptación y compromiso (ACT) y la terapia EMDR. Estos modelos permiten procesar el evento adverso, favoreciendo la reformulación de metas, de valores y nuevos proyectos vitales.

Lo más importante para la persona que acaba de sufrir un shock emocional es brindarle cercanía, seguridad y comodidad. Poco a poco procesará el evento adverso.

Hombre llorando en la oscuridad a causa de un shock emocional
En caso de que la sintomatología del choque emocional persista es conveniente buscar terapia psicológica.

Shock emocional, shock traumático y shock sentimental

Antes de finalizar, es pertinente ampliar cierta información. El ser humano puede experimentar distintos tipos de impactos psicológicos o shocks. La vida no es un escenario de llanuras y facilidades absolutas donde todos tienen el bienestar garantizado desde el día que nacen. Las fatalidades, imprevistos y giros del destino pueden acontecer en cualquier instante y dar forma a varias realidades psicológicas.

En este orden de ideas, un shock emocional no es lo mismo que un shock traumático; este último aparece cuando el primero no es bien procesado, el dolor se cronifica y aparece un cuadro clínico patológico. Mientras en el choque emocional basta con los PAP, en el traumático es fundamental la terapia.

De igual modo, en psicología también suele hablarse del shock sentimental, el cual define esa vivencia dolorosa y compleja experimentada tras una ruptura afectiva. En esencia, el sufrimiento humano tiene una anatomía variada, pero no dejan de ser respuestas normales a hechos que por obligación toca asumir e integrar. Ese es el auténtico reto.


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