Cómo describir tus debilidades y fortalezas a nivel profesional

Al comunicar tus puntos fuertes, es útil vincularlos con las demandas del rubro o rol profesional. Y al hablar de tus limitaciones, es crucial plantearlas como áreas de mejora. ¡Descubre más de este tema!
Cómo describir tus debilidades y fortalezas a nivel profesional
Sharon Laura Capeluto

Escrito y verificado por la psicóloga Sharon Laura Capeluto.

Última actualización: 25 junio, 2024

Lo más importante al momento de comunicar tus fortalezas y debilidades profesionales es ser honesto, claro y estratégico. Sobre tus puntos débiles, menciona aspectos en los que trabajas para mejorar, ¡y que no sean cruciales para el cargo al que aspiras! Respecto a tus virtudes, prioriza aquellas que te diferencian de otros candidatos y susténtalas con argumentos sólidos.

La manera en que las describas, ya sea en una entrevista de trabajo o en tu currículum, marca la diferencia en la impresión que dejas en el reclutador. En última instancia, en tu idoneidad para el puesto, pues se trata de un factor decisivo en el proceso de selección. Te enseñamos a identificar y transmitir tus áreas fuertes y las que debes mejorar en el ámbito profesional.

¿Qué son las fortalezas y debilidades profesionales?

Tus fortalezas profesionales son las habilidades, conocimientos o características que te permiten destacarte en un trabajo o en un entorno laboral específico.

Mientras, tus debilidades a nivel profesional son áreas en las que presentas dificultades para tu desempeño laboral, ya sea por falta de experiencia, competencias insuficientes o características personales que afectan tu rendimiento.

Antes de adentrarnos en los secretos fundamentales sobre cómo describir de tus puntos fuertes y de mejora en una entrevista de trabajo o en tu CV, es importante comprender las clases de fortalezas y debilidades profesionales que existen.



Tipos de fortalezas profesionales

Aunque el síndrome del impostor pueda insistir en molestarte, debes saber que tienes diversas fortalezas que te dan valor como profesional. Estas se dividen en diferentes categorías.

1. Habilidades técnicas

Abarcan conocimientos o destrezas específicas que guardan relación con una tarea o función concreta. Por ejemplo, si eres un programador informático, algunas de tus habilidades técnicas incluirían el dominio de lenguajes de programación como Java o Python, o el conocimiento de metodologías de desarrollo de software, como Scrum o Agile.

2. Habilidades blandas

Se trata de habilidades sociales y emocionales que contribuyen al buen desempeño laboral y facilitan la interacción efectiva con otras personas en el entorno de trabajo. A los diferentes tipos de habilidades blandas los podríamos categorizar de la siguiente manera:

  • Ejecutivas: se refieren a las destrezas necesarias para gestionar o ejecutar una tarea de forma eficaz. Esto implica el liderazgo, la resolución de problemas, la creatividad, el pensamiento crítico y la gestión del tiempo.
  • Interpersonales: centradas en la capacidad de comunicarse y relacionarse de una manera positiva con otros. Son fundamentales para cultivar un ambiente laboral armonioso y productivo. La empatía, la colaboración, la escucha activa y la comunicación asertiva son algunos ejemplos.
  • Actitudinales: son muy valoradas en el mundo laboral, ya que se relacionan con la disposición hacia el trabajo y la vida en general. Incluyen la actitud positiva, la proactividad, la responsabilidad y la gestión del estrés. Estas marcan la diferencia entre ver un obstáculo como un desafío insuperable o como una oportunidad de crecimiento.

3. Experiencia y conocimientos

Lo que sabes y lo que has hecho también constituyen una fortaleza profesional. La combinación de tus conocimientos adquiridos, ya sea a través de la educación formal o informal, y tu experiencia previa en el campo es un activo valioso que forma parte de tu caja de herramientas profesionales.

Tipos de debilidades profesionales

Incluso los más talentosos tienen áreas en las que pueden mejorar; reconocerlas es crucial para tu desarrollo. Veamos los distintos tipos de debilidades que pueden surgir, acompañados por algunos ejemplos.

1. Limitaciones de habilidades técnicas

Estas debilidades se refieren a las áreas donde es posible encontrar dificultades debido a la falta de dominio en ciertas herramientas, tecnologías o procesos específicos necesarios para el rol. Por ejemplo, un diseñador gráfico puede carecer de habilidades en el uso de programas de diseño como Inkscape o tener dificultades en el manejo del inglés técnico.

2. Habilidades blandas deficientes

Comprenden los aspectos sociales y emocionales. Por ejemplo, la dificultad para adaptarse a los cambios, la desorganización o la baja capacidad para motivarse a sí mismo y a los demás.

3. Falta de experiencia y conocimientos

Un recién graduado en informática puede carecer de experiencia laboral en el desarrollo de aplicaciones móviles o no estar familiarizado con los últimos avances en inteligencia artificial, por ejemplo. O un candidato a un puesto de marketing digital quizás no cuenta con formación específica en análisis de datos y estrategias de SEO.

¿Qué fortalezas y debilidades profesionales decir en una entrevista de trabajo o CV?

Cuando un reclutador te consulta sobre estos aspectos, o revisa tu hoja de vida, busca respuestas que vayan más allá de lo obvio o estándar. Esta persona espera que te expreses con transparencia y originalidad. Para lograrlo, necesitarás hacer un ejercicio previo de autoexploración.

Cómo hablar sobre las fortalezas

Al ser consciente de tu valor como profesional, puedes elaborar y comunicar tu propuesta única de valor. Esto significa identificar tu plus, eso que te distingue de la competencia, y destacar cómo aportar desde allí. ¿Eres especialista en una tecnología emergente? ¿Tienes un sentido del humor envidiable? ¿Cuentas con experiencia en la gestión de equipos multiculturales?

Por otro lado, es crucial que demuestres las fortalezas que te atribuyes. No basta simplemente con afirmar que tienes ciertas capacidades. Debes respaldarlas con ejemplos concretos, resultados cuantificables y, cuando sea posible, demostraciones prácticas.

Si mencionas la habilidad de investigación como una de tus fortalezas, conviene evidenciarla al hacer preguntas específicas sobre la empresa o el rol, siempre que muestren que has investigado a fondo. De la misma forma, si resaltas tu creatividad, tu CV y portafolio deberían reflejarlo.

Es fundamental contextualizar tus fortalezas dentro del rubro laboral y las necesidades del puesto. Esto significa no solo enumerar tus habilidades, sino también explicar cómo se relacionan con las exigencias del campo y con los requisitos y responsabilidades del rol.

Cómo hablar sobre las debilidades

Cuando describas tus puntos débiles, apela a la honestidad; pero también muestra cómo trabajas para mejorarlos. En lugar de decir «soy desorganizado», di algo como «a veces me cuesta organizarme. Me enfoco en mejorar este aspecto a través de aplicaciones de gestión de tareas, también empecé a establecer una lista de prioridades diarias». La diferencia es abismal, ¿lo ves?

Es importante que evitar la mención de debilidades que sean críticas para el puesto o que te dispongas a abordar. Mejor concéntrate en aquellas áreas que estás comprometido en perfeccionar.

Asimismo, obvia nombrar defectos cliché como «soy demasiado perfeccionista» o «trabajo demasiado duro». Los entrevistadores escuchan estas declaraciones con mucha frecuencia y podrían interpretarlas como respuestas evasivas o poco sinceras. Es preferible ser específico y sincero al hablar de tus áreas de oportunidad, por ejemplo:

  • «A veces me enfoco demasiado en los detalles, y esto puede hacer que los proyectos se demoren. Estoy aprendiendo a priorizar mejor y establecer límites en mi enfoque minucioso».
  • «Reconozco que me faltan conocimientos en [área específica complementaria (no imprescindible) para el rol], pero comencé a capacitarme de manera autodidacta».
  • «En ocasiones, siento poca comodidad con las presentaciones en público. En la actualidad, asisto a clases de oratoria y participo en grupos de debate para mejorar mis habilidades de comunicación».
Es esencial concluir con un mensaje positivo, con un énfasis en tu compromiso con el crecimiento y desarrollo profesional.


Métodos para identificar las fortalezas y debilidades profesionales propias

No puedes venderte bien si no te conoces bien. Así, para que tu CV o entrevista laboral destaquen tienes que descubrir tus fortalezas y tus principales desafíos y limitaciones. Te presentamos algunas formas efectivas de hacerlo.

  • Autoevaluación y autoconocimiento: tómate un tiempo para reflexionar sobre tu perfil profesional. Puedes usar herramientas como la ventana de Johari o realizar un análisis DAFO para detectar tus puntos fuertes y áreas de desarrollo.
  • Buscar retroalimentación: la opinión de quienes te rodean resulta clave. Pide a colegas, amigos o familiares que te brinden un feedback sincero sobre tus fortalezas y debilidades. A veces, las perspectivas externas dan información valiosa sobre ti que no habías considerado.
  • Evaluaciones de habilidades: también puedes realizar pruebas psicométricas para conocerte mejor. Por ejemplo, evalúa tus habilidades blandas a través de cuestionarios de personalidad como el test Big Five. Además, si es relevante en tu campo profesional, mide tu mentalidad innovadora a través del Índice de Innovación de Berkeley.

No es solo lo que dices, sino cómo lo dices

El contenido de tus respuestas es tan importante como la forma en que las presentas. Procura claridad y concisión. ¡Ten presente que quizás el reclutador entrevistó a muchas personas hoy! De igual manera, mantén una actitud positiva y muestra confianza, pero también disposición para aprender y crecer.

Además, cuida tu lenguaje corporal, evidencia una postura erguida y gestos naturales. Es útil que lo complementes con una entonación adecuada para mejorar la calidad y el impacto de tu mensaje. Todo comunica, incluso lo que omites o cómo te comportas.

Por último, demuestra empatía, respeto, flexibilidad y amabilidad en cualquier interacción profesional. La próxima vez que te enfrentes a consultas como «¿cuáles son tus principales fortalezas?», o «cuéntame acerca de tus debilidades», recuerda que el autoconocimiento, la sinceridad y la disposición para aprender te ayudarán a responder con confianza y te permitirán mostrar tu potencial.


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