Pensamientos sexuales intrusivos: cuando la mente incomoda

Pese a que son normales y la mayoría de las personas los tienen, los pensamientos de contenido sexual inesperados suelen generar angustia e incomodidad, siendo en algunos casos el reflejo de traumas internos.
Pensamientos sexuales intrusivos: cuando la mente incomoda
Macarena Liliana Nuñez

Revisado y aprobado por la psicóloga Macarena Liliana Nuñez.

Última actualización: 11 julio, 2025

Seguro te ha pasado alguna vez: estás en medio de una reunión familiar, bailando con tus amigos o hasta en el doctor y, de la nada, tu mente se llena de escenas eróticas a pesar de no ser el momento para tenerlas. Te llenas de vergüenza e intentas pensar en otra cosa, pero no dejas de preguntarte: ¿a qué se deben los pensamientos sexuales intrusivos?

Aunque suelen ser comunes y aparecer sin previo aviso, pueden contener ideas que no nos representan y ser la causa de traumas y comportamientos obsesivos-compulsivos. Esto puede llevar a las personas a sentirse incómodas y angustiadas por el simple hecho de imaginar cosas subidas de tono.

¿A qué se deben los pensamiento sexuales intrusivos?

En la mayoría de los casos, las fantasías sexuales que inundan la mente de la nada no son más que eso: uno de los tantos pensamientos en los que divagamos todos los días. Sin embargo, en ocasiones no aparecen solo por casualidad. Estas son las principales razones de los pensamientos sexuales intrusivos.

1. Coincidencias aleatorias

A lo largo del día pensamos en infinidad de cosas a las que no les prestamos mayor atención, pero ciertos estímulos o asociaciones pueden hacer que nuestra mente genere imágenes picantes que quedan grabadas en la memoria y provocan remordimiento de conciencia.

No obstante, lejos de pensar que algo anda mal contigo, lo más probable es que sea un simple pensamiento que no tiene una carga simbólica real.

2. Efecto rebote

Cuando llega una imagen sexual en un momento inoportuno, el deseo de intentar suprimir el pensamiento suele hacer que regrese con más fuerza y, lejos de irse, se quede por minutos en tu mente. Cuando etiquetamos un pensamiento como inaceptable o inmoral, le damos más relevancia del que tiene. Por ende, en lugar de eliminarlo, terminamos por reforzarlo.

3. Trastorno obsesivo compulsivo (TOC)

Cuando los pensamientos sexuales intrusivos pasan de ser ocasionales y comienzan a aparecer con mucha frecuencia, pueden formar parte de un TOC sexual que suele generar ansiedad constante y angustia por el contenido tabú que puede aparecer.

Un estudio publicado en la revista académica Journal of Medical Case Reports and Case Series reveló que las sesiones combinadas de terapia cognitivo conductual y terapia de prevención con exposición y respuesta, dos veces a la semana, pueden mejorar el bienestar general entre 15 y 30 % en casos de TOC sexuales.



4. Experiencias sexuales traumáticas

Algunas investigaciones han encontrado que cuando se sufre de algún trauma sexual —debido a situaciones violentas, confusas o sin consentimiento—, los pensamientos sexuales no deseados pueden surgir de la nada y ser muy angustiantes. Sin importar que ya hayan pasado años, pensar en dichos escenarios puede generar repulsión y una intensa incomodidad.

Según los expertos, las personas con antecedentes de trauma sexual suelen sufrir de intrusiones sexuales severas que generan angustia emocional. Haber sufrido situaciones de violencia sexual puede hacer que los recuerdos del momento aparezcan y afecten el estado de ánimo general.

5. Alto grado de religiosidad

Una investigación de la Journal of Religion and Health resaltó que las personas que tienen creencias religiosas estrictas sobre la sexualidad pueden experimentar una mayor angustia cuando su mente divaga entre ideas «inmorales» o «pecaminosas». Esto puede llevarlas a que los pensamientos sexuales intrusivos se vuelvan obsesivos y desarrollar TOC.

6. Hipersexualidad

Acorde con un estudio publicado en la revista académica italiana L’Endocrinologo, la hipersexualidad se caracteriza por tener fantasías y pensamientos intrusivos sobre el sexo, lo que puede llevar a comportamientos sexuales compulsivos. Una persona hipersexual puede ser más sensible a estímulos que despiertan su imaginación, incluso cuando no debería.

Es importante resaltar que no todas las personas que tienen pensamientos sexuales intrusivos son hipersexuales. Sin embargo, en los casos de hipersexualidad sí es común tener pensamientos sexuales persistentes y difíciles de manejar.

5 consejos para controlar los pensamientos sexuales intrusivos

Si al momento de tener pensamientos sexuales inoportunos no sabes cómo deshacerte de ellos y evitar la incomodidad, la clave está en no tratar de eliminarlos a la fuerza. No le prohíbas a tu mente pensar escenarios calientes, ya que lo más probable es que lo haga de inmediato. Mejor emplea la siguientes estrategias simples para reaccionar con calma:

  • No luches contra el pensamiento: a pesar de la vergüenza que puede hacerte sentir, no le des tanta importancia a tu mente traviesa y deja ir la imagen sexual con la misma naturalidad con la que llegó.
  • Observa en la distancia: eres tú quien decide a qué le dedicas tu atención. La defunción cognitiva es una técnica de la terapia de aceptación y compromiso que nos invita a dejar de batallar con los pensamientos intrusivos y observarlos como nubes en el cielo que van y vienen.
  • Practica mindfulness: la atención plena en el aquí y en el ahora puede ayudarnos a reducir la ansiedad y dejar atrás esos pensamientos intrusivos que nos atormentan. Al concentrarte en tu respiración, puedes calmar tu mente y evitar sobrepensar.
  • Recuerda que un pensamiento no es una acción: pensar en escenarios sexuales que te generan incomodidad o que van en contra de tus valores no significa que los vayas a llevar a cabo. No tomarlos como amenazas reales es importante para eliminarlos.
  • No caigas en confusiones mentales: en ciertas ocasiones, las imágenes sexuales que produce nuestra mente pueden dejar muchos sinsabores, pero no caigas en conductas como consultar posibles significados que no tienen ningún sustento y solo generan más incertidumbre.


Los pensamientos sexuales intrusivos son comunes, pero pueden salirse de control

Pese a que llegan sin avisar y pueden traer consigo imágenes mentales incómodas, los pensamientos sexuales intrusivos son experiencias normales que le pasan a la mayoría de las personas. No son el reflejo de lo que eres ni de lo que deseas, así que la clave está en reconocerlos sin juzgar y dejar de prestarles más atención de la necesaria.

Es importante aclarar que la mayoría de estos pensamientos no indican ningún trastorno, a menos que se vuelvan frecuentes, comiencen a causarte angustia, afecten tus relaciones o te causen malestar clínicamente significativo. En dichos casos, no dudes en buscar ayuda psicológica. Lejos de ser un tema vergonzoso, existen tratamientos que pueden ayudarte a recuperar la tranquilidad. No tengas miedo de acudir a terapia si es necesario.


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