13 frases que no deberías usar en una entrevista de trabajo y cómo reemplazarlas

«No lo sé», «estoy muy nervioso/a» o «soy muy perfeccionista» son cosas que no debes decir nunca ante un reclutador de laboral, ya que le muestras inseguridad. Te revelamos más.
13 frases que no deberías usar en una entrevista de trabajo y cómo reemplazarlas
Leticia Martín Enjuto

Revisado y aprobado por la psicóloga Leticia Martín Enjuto.

Escrito por Daniela Bernal

Última actualización: 30 enero, 2024

¿Has acudido a una reunión por oferta laboral, crees que lo hiciste genial, pero pasa el tiempo y sigues sin noticias del reclutador? Entonces, es probable que mencionaras algo que levantó banderas rojas. Por eso, es importante saber tanto qué decir y qué no en una entrevista de trabajo.

Y es que hay frases que si las comentas durante ese primer encuentro, te hacen ver como una persona egocéntrica, insegura y hasta desesperada. ¿No tienes idea de qué palabras son negativas en este escenario? Aquí te las compartimos.

¿Qué no debes decir en una entrevista laboral?

Tus palabras durante la conversación con un entrevistador inciden en el proceso de ingreso a una empresa. De hecho, algunos análisis refieren que el comportamiento humano en el contexto de las entrevistas, incluyendo lo que dices y cómo lo dices, influye en la aceptación o rechazo para cualquier vacante, aunque tu candidatura sea la más calificada.

A continuación, te indicamos 13 expresiones que conviene evitar a toda costa, así como buenas alternativas para sustituirlas y unos consejos finales. ¡Vamos a por ello!



1. «Mi jefe anterior era terrible»

Una de las preguntas más difíciles de una entrevista de trabajo suele ser el cómo era tu relación con tu antiguo (o actual) jefe. Aunque fuera como Meryl Streep en El Diablo Viste a la Moda, nunca debes decir que era un jefe tóxico, terrible, horrible o malo.

Hablar mal de é/ella o, en general, de un trabajo o empresa no deja buena impresión, porque el reclutador puede considerar que te faltó compromiso y lealtad con la compañía. Eso no es lo que quieres transmitir, ¿cierto?

En su lugar, utiliza una frase en la que te enfoques más en lo positivo de la experiencia que en lo negativo, como la siguiente:

«De mi jefe anterior aprendí mucho sobre el área. Puede que hayamos tenido puntos de vista diferentes, pero siempre llegamos a un entendimiento».

2. «No tengo ningún defecto»

Este es un ejemplo grande como una casa de qué no decir nunca en estas reuniones. Todas las personas tenemos defectos y negar esa realidad es mentirle de una manera abierta al entrevistador. Esa frase te aleja de tu puesto soñado, por ser una señal de alarma para los de Recursos Humanos (RR. HH.), ya que si mientes con algo tan obvio, puedes hacerlo en algo más.

¿Te inquieta cómo hablar de tus defectos? Lo más importante es hacerlo con la verdad. Sé auténtico/a en tu respuesta y escoge bien las palabras antes de decirlas, así como también señala lo que estás haciendo para mejorar. Por ejemplo, supongamos que tu defecto es que te cuesta pedir ayuda. En vez de indicar que no lo tienes, podrías expresar algo así:

«Soy consciente de que, en ocasiones, me cuesta pedir ayuda para culminar determinados proyectos. Pero también he notado que hacerlo, cuando lo requiero, se ha vuelto una experiencia enriquecedora, que me permite evitar retrasos y conocer mejor a mis colegas».

3. «Necesito este trabajo»

Si lees con calma la frase anterior notarás que suena a ruego, ¿verdad? Pues es lo mismo que verá el reclutador. Este enunciado te presenta como alguien desesperado y, en lugar de favorecerte, podría afectarte. Así lo comenta la psicóloga, asesora de marca profesional y reclutadora Michelle Engelmann.

De acuerdo con la especialista, la desesperación es señal de que serías capaz de irte a cualquier oferta y que no hay un interés real en pertenecer a la organización.

El seleccionador pensará, inclusive, que te da igual el cargo y lo que quieres es ganar ingresos ya. Otra posibilidad es que, por dicha desesperación que muestras de manera tan abierta, te ofrezcan beneficios inferiores, pues das a entender que aceptarías lo que fuera.

En lugar de decir que quieres el trabajo, resalta tus fortalezas y lo que sabes hacer mejor. Aquí un ejemplo si posees habilidades de atención al cliente, pero también lo puedes adaptar a otras áreas:

«Tengo X años de experiencia en servicio al cliente. Me considero una persona empática y que sabe escuchar, así como también analítica y proactiva. Todas estas habilidades me han ayudado en el día a día al trabajar con el público».

4. «Soy muy perfeccionista»

Perfeccionista es una de esas palabras que levantan banderas rojas, y es que suena a mentira trillada. Los de RR. HH. pueden tomar esta frase como una fortaleza que quieres vender como debilidad, además de que no es nada auténtica.

Muchas personas responden esto cuando les preguntan por sus puntos flacos, pero la verdad es que hay fortalezas y debilidades mucho mejores que puedes decir en estas conversaciones. Una relacionada con esto, pero indicada de mejor manera, es la siguiente:

«Soy alguien que presta atención a los detalles y, a veces, eso puede hacer que demore un poco más al soltar un proyecto. Estoy trabajando en ello y buscando un punto medio que no afecte los plazos de entrega finales, sin descuidar la calidad».

5. «Yo era el mejor de mi equipo de trabajo»

«Háblame de ti». Sin duda, es una de las cuestiones que se complica responder en estos encuentros. Es normal que aquí quieras exponer tus logros y qué te hace destacar, pero evita cruzar la línea y presumir demasiado de tus habilidades, ya que te proyectas como una persona egocentrista.

Te sugerimos hacer una breve síntesis de tu experiencia, lo que buscas y cómo se orienta esto con la vacante para la que te entrevistan. Una respuesta que puedes ajustar a distintas situaciones es:

«Soy (tu carrera) y tengo una experiencia laboral de X años. Me he desempeñado como (tus trabajos anteriores más importantes) y en ellos he aprendido habilidades como (tus puntos más fuertes). Considero que estas serían una gran adición a la empresa».

6. «No tengo experiencia»

Si bien es cierto que la honestidad es la mejor política, decir que no tienes experiencia alguna es algo negativo para los reclutadores; esto es una señal de alarma y les indica que no tienes los conocimientos necesarios que demanda el puesto.

Entonces, ¿qué decir en una entrevista si no tengo experiencia? Habla de tus habilidades relacionadas con la vacante y muestra tu disposición a aprender. Si eres un estudiante en búsqueda de su primer empleo, puedes mencionar las pasantías hechas o voluntariado asociado:

«Poseo un buen manejo del programa X y tengo nivel X del idioma X. Realicé pasantías en la empresa X durante X tiempo y allí pude poner en práctica estas habilidades. Estoy abierto/a a aprender de ustedes y, en la actualidad, hago un curso sobre X habilidad que requieren en el puesto».

7. «Revisa mi CV»

Es posible que el reclutador te pregunte un dato sobre algún punto que hayas colocado en tu currículum y responder con frases como la de arriba no es lo ideal. Lo que este quiere es escuchar con tus propias palabras lo que tienes que decir sobre esa experiencia o habilidad y cómo te desenvuelves.

Tampoco te recomendamos contestar lo mismo que escribiste en el CV, la idea es que sea algo más completo. Supongamos que la consulta es sobre una experiencia laboral anterior, puedes decir algo como lo siguiente:

«En mi experiencia en la empresa X me encargaba de realizar (describe las labores que hacías). Eso hizo que desarrollara habilidades de (nombra las habilidades relacionadas con ese puesto de trabajo)».

8. «¿Qué hace la empresa?»

Esta frase es un «no» rotundo, porque indica que no conoces nada sobre la empresa y el entrevistador sentirá que estás poco interesado/a en el puesto.

Hacer una pequeña investigación de la organización y cargo para el que optas es una de las claves para superar con éxito una entrevista, y debes hacerlo siempre de forma previa. Es posible que haya algunos detalles sobre el puesto que no tengas claros; si es el caso, orienta la frase de este modo:

«Sé que la empresa se dedica al ramo de X y que tiene una trayectoria de X años. En cuanto al puesto en sí, veo que se orienta al área de X, pero ¿podría darme mayores detalles sobre X función?».

9. «Estoy muy nervioso/a»

Todos hemos sentido nervios alguna vez en la vida. Sin embargo, es mala idea que se lo digas a la persona de RR. HH., debido a que puede verte como alguien inseguro y que se quiebra/a bajo la presión.

En la actualidad, la mayoría de los trabajos requieren que sepas gestionar el estrés y controlar los nervios en cualquier situación. El que digas que estás nervioso/a, demuestra lo contrario. Por ello, te recomendamos guardar esa frase para tus pensamientos, y más que sustituirla con otra te proponemos este tip:

«Respira, cuenta mentalmente hasta cinco e intenta hablar de forma pausada, pero sin perder fluidez. Esto te ayudará a organizar mejor tus ideas y superar la angustia».

10. «No sé»

También es posible que el reclutador haga alguna pregunta trampa, de esas que te toman por sorpresa; pero algo que no debes decir es «no sé» o «no tengo idea». Estas palabras revelan que no hiciste una buena investigación antes de la reunión y que tu capacidad de resolución ante lo inesperado no es la mejor.

Evita mencionarlas y, en su lugar, opta por una frase corta para ganar tiempo, así podrás armar en tu cabeza la respuesta a esa complicada pregunta:

«Es una cuestión muy interesante la que plantea, yo considero que (comienza aquí tu respuesta)».

11. «¿Cuánto me van a pagar?»

Sabemos que uno de los motivos por los que buscas trabajo es contar con un ingreso económico, pero en ese primer encuentro (y sobre todo al principio de la conversación), procura no hablar de ello. Esto brinda una imagen negativa de tu persona, porque se puede tomar como que solo te importa el dinero.

Mismo caso si hablas de las vacaciones y primas de compensación al inicio: son temas para tocar más adelante. La excepción a esto es cuando el propio reclutador saca el asunto. Pero si no lo dice, una manera de abordarlo es al final, después de aclarar todas las dudas sobre la vacante y preguntándolo de una manera más global:

«Me parece muy interesante todo lo que hemos conversado. Ahora quisiera saber un poco más sobre los beneficios socioeconómicos que ofrece la empresa».

12. «No tengo ninguna duda»

Seguro que has notado que al final de estas reuniones, tanto en persona como por videollamada, el reclutador pregunta si tienes alguna duda. Contestar que no, perjudica en vez de ayudar. ¿El motivo? Es una señal de que te falta curiosidad por la empresa y el entorno en el que trabajarás.

Lo ideal es que hagas una o dos preguntas más sobre el puesto o el funcionamiento de la compañía, así evidencias tu interés genuino en el puesto. Si no se te ocurre ninguna, aquí hay algunas opciones:

«¿Cómo es el desarrollo de la jornada laboral en un día normal?».

«¿La empresa ofrece oportunidades de desarrollo para sus empleados?».

«¿Qué programas informáticos son los que más se utilizan en el puesto?».

13. «¿Cómo lo hice?»

Tanto esta como «¿qué tal me fue?», son buenos ejemplos de lo que es preferible que no digas cuando te entrevistan. Si bien es cierto que hay preguntas que el entrevistador no tiene que hacerte, también hay otras que tú, por cortesía, no deberías que realizar.

Esta frase en particular crea una situación incómoda para el reclutador, porque tal vez no pueda darte esa respuesta o feedback inmediato que tú deseas, e incluso algunos lo ven como algo indiscreto. Te recomendamos cambiarla por la siguiente:

«Fue un placer conversar con usted el día de hoy. Si tiene alguna duda sobre mi CV y experiencias, puede contactarme y con gusto las aclararé».



Consejos finales y otras palabras preferibles de evitar

Aparte de las frases que ya te mencionamos, también hay comportamientos y expresiones que no debes decir en un primer acercamiento, para proyectar una mejor imagen ante los reclutadores. Evita muletillas al hablar: expresiones como «ummm», «este», «como», «como que» y «o sea»; son señales de nervios e inseguridad. En su lugar, hablar más pausado (sin sacrificar fluidez) transmite mayor control.

Tampoco es buena idea que trates al entrevistador de tú, porque crea un tono muy informal y, en algunos casos, tiende a verse irrespetuoso. La excepción es si él mismo te indica que puedes tutearlo.

Muchos se preguntan qué debilidades no decir en estos encuentros. Recomendamos alejarte de puntos como la obsesión por el trabajo o indicar que tuviste algún problema con tus compañeros en un empleo anterior, eso puede mandar tu oportunidad por el desagüe. Si sigues estos consejos y evitas las frases que te nombramos, tendrás mayores chances de éxito.


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