Cómo estudiar sin motivación: trucos y estrategias para mantenerte enfocado

Si el estudio te parece aburrido o abrumador, implementa métodos como el Pomodoro o recompensarte al completar una tarea. En esta lectura, hallarás más técnicas que ayudan a mantener el enfoque y recuperar el entusiasmo.
Cómo estudiar sin motivación: trucos y estrategias para mantenerte enfocado
Macarena Liliana Nuñez

Revisado y aprobado por la psicóloga Macarena Liliana Nuñez.

Última actualización: 13 abril, 2025

Estudiar sin motivación es un desafío común, pero es posible superarlo con las estrategias adecuadas. A veces, la falta de interés en el tema, la sensación de que no obtienes resultados visibles, el cansancio, la presión por los exámenes, el miedo a no poder lograrlo o la falta de tiempo, vuelven más difícil el aprendizaje.

Sea por la razón que sea, tener buenos hábitos de estudio te ayudará a obtener mejores calificaciones y aportará a tu inteligencia y memoria. Lo mejor es que, al aplicar estrategias como diseñar un plan con objetivos, estudiar con amigos o usar pósteres con frases positivas, prepararse puede ser más agradable y entretenido. Te enseñamos a emplear estos métodos para encontrar ánimo cuando sientas desgano.

1. Organiza tu entorno

Aunque parezca algo accesorio, el ambiente donde estudias influye en tu motivación. Si tu espacio es un desastre, es probable que cause procrastinación en tus tareas, que sientas estrés y que sea mucho más difícil concentrarte.

Según el Instituto de Neurociencia de la Universidad de Princeton, al cerebro le gusta el orden. Cuando hay mucha desorganización, se agotan los recursos cognitivos y se reduce la capacidad de concentración. En cambio, con un espacio ordenado, aumenta la productividad. ¿Cómo conseguimos esto?

  • Mantén cerca los objetos que requieres con regularidad.
  • Haz que esta área sea acogedora y cómoda, para que tengas ganas de pasar tiempo allí.
  • Evita que las cosas se acumulen y la situación empeore tanto que termines limpiando como una forma de procrastinar.
  • Despeja esta zona de todo aquello que sea innecesario (como papeles que no utilices con frecuencia), limpia el polvo y deshazte de la basura.


2. Recuerda el motivo por el que estudias

Muchas veces, por más que se eliminen las distracciones, encontrarás la forma de retrasar el estudio. Como indica Fuschia Sirois, de la Universidad Bishop’s de Canadá: «Hay que profundizar un poco más y encontrarle un significado personal a esa tarea». Es decir que, una manera de mantener el enfoque es encontrar algo valioso o positivo en el estudio.

Cuando te aburras o no tengas ganas de estudiar, pregúntate qué es lo que te impulsa a seguir. Por ejemplo: «¿Por qué me interesó este estudio en primer lugar?». «¿Qué es lo que más me gusta de él?». «¿Qué espero lograr cuando termine?». Responder a estas cuestiones puede darte el empujón que necesitas para continuar.

3. Ten un plan específico y visualiza objetivos

Contar con un plan puede movilizarte de tal forma que tus acciones y pensamientos estén orientados a cumplirlo. Para ello, debes tener en cuenta algunos aspectos:

  • El tiempo: incluye la organización para estudiar, es decir, qué días, en qué horarios y durante cuánto rato. Por ejemplo, decides que estudiarás de lunes a viernes desde las 5 p. m. hasta las 7 p. m.
  • La forma de planificación: para las actividades complejas, motiva más hacer una lista de tareas. Por ejemplo, planea repasar todo y hacer un simulacro de examen un día antes, repasar tus dudas dos días antes o hacer un repaso intensivo una semana antes, etc.
  • Los objetivos: ten presente cuáles son los resultados que esperas, para saber hacia dónde te diriges. Algunos especialistas consideran útil dividir los objetivos grandes en miniobjetivos, para que sean más fáciles de alcanzar. Por ejemplo, tu objetivo principal puede ser obtener una buena calificación, y los pequeños objetivos serían estudiar álgebra durante la primera semana, geometría en la segunda y repasar todo en la tercera.

4. Comienza con tareas fáciles

Ya decididos tus objetivos y tu plan general, es probable que sientas más motivación para estudiar. Pero, en otros casos, puede ser difícil comenzar. Según Kearns y Gardiner: «Algunas investigaciones psicológicas demuestran que la acción genera motivación, que a su vez genera más acción». Entonces, lo importante es empezar a actuar.

Una manera de iniciar es tomar tareas pequeñas y fáciles, que te demanden menos tiempo. Cuando las hayas completado, sentirás más entusiasmo para arrancar con los proyectos más difíciles o largos. La sensación de logro por completar tareas simples te permitirá seguir adelante.

5. Prueba técnicas de estudio para ganar motivación

Si estudiar te resulta muy aburrido y quedaste sin motivación, vale la pena incorporar algunas técnicas de estudio. Existen muchos métodos, por lo que puedes probarlos hasta encontrar el que mejor se adapte a ti. Aquí hay algunos:

Técnica Pomodoro

La técnica Pomodoro consiste en estudiar durante bloques de 25 minutos (llamados Pomodoro) y, luego, tener un pequeño descanso para usar redes sociales o salir. Descansar ayuda a posponer las distracciones y a fomentar la concentración y la motivación para comenzar a estudiar de nuevo. La forma de implementarla es la siguiente:

  • Escoge un tema de estudio y programa un temporizador de 25 minutos.
  • Estudia hasta que suene.
  • Al sonar, tómate un descanso de 5 minutos para hacer lo que quieras.
  • Repite el proceso cuatro veces.
  • Después de estos cuatro Pomodoros, aprovecha un descanso más largo de 20 minutos.

Método SQ3R

Dicha estrategia está pensada para comprender los textos la primera vez que se leen. Este es el dosglose de pasos:

  • Explorar (survey): antes de empezar a leer, se revisa el título, la introducción, los objetivos y elementos que se encuentran al comienzo y al final de la lectura, para tener una idea general del texto.
  • Preguntar (question): al finalizar la vista previa, se formulan preguntas para intentar predecir el contenido.
  • Leer (read): a medida que se lee, se intenta responder las preguntas formuladas en la etapa anterior.
  • Recitar (recite): se busca responder a las preguntas con las propias palabras y el recitado. También se puede tomar notas sobre esas respuestas, para estudiarlas luego.
  • Revisar (review): después de leer, se busca recordar la información anterior.

Método SOAR

El objetivo de esta técnica  es mejorar el aprendizaje sin caer en el desinterés o el aburrimiento a medida que se lee. En este caso, se basa en cuatro pasos:

  • Seleccionar: se recopila toda la información posible por medio de apuntes.
  • Organizar: se clasifica el contenido, dividiendo por categorías en cuadros gráficos o mapas conceptuales.
  • Asociar: se buscan asociaciones externas, relacionando lo leído con conocimiento previo, y asociaciones internas, relacionando las categorías clasificadas en el paso anterior a través de sus factores comunes.
  • Regular: se evalúa lo aprendido mediante una autoevaluación o preguntas.


6. Date recompensas

Las recompensas son una de las estrategias más usadas para estudiar cuando estás sin motivación, porque no hace falta esperar hasta alcanzar un objetivo muy importante o grande para premiarte. De hecho, celebrar pequeñas metas puede despertar el sistema de recompensa del cerebro y mantener tu entusiasmo. Algunos ejemplos son:

  • Disfruta de tu snack favorito después de estudiar un tema.
  • Haz una pausa para caminar o salir al aire libre tras finalizar una sesión de estudio.
  • Permítete una tarde o un día libre para descansar, si completaste tu meta mensual.
  • Mira una película o una serie el fin de semana, si pudiste completar tus objetivos semanales.

7. Habla contigo

Tener un diálogo interno sobre el proceso de estudio y sus resultados es muy beneficioso. Se trata de una habilidad que ayuda a regular las emociones, favorecer la productividad y afrontar las exigencias de los exámenes. De acuerdo con una investigación de Frontiers in Psychology, el diálogo interno se asocia con un mejor rendimiento, activación y esfuerzo.

En lugar de enfocarte en pensamientos negativos, como «nunca voy a lograrlo», prueba con afirmaciones más productivas. Por ejemplo: «Si empiezo a dudar de mí, recordaré que cuento con las habilidades». Otros ejemplos son los siguientes:

  • Cuando sientas cansancio: «Aunque estoy cansado/a, cada sesión de estudio me acerca más a mi meta».
  • Si la procrastinación te frena: «Sé que este primer paso es el más difícil, pero una vez empiece, me sentiré mucho mejor».
  • Cuando sientas que te abruma la cantidad de contenido: «Puedo manejar esto, paso a paso. Si me agoto, daré un pequeño descanso y continuaré».
  • Cuando te enfrentas a un tema que no entiendes: «No entender todo de inmediato es parte del proceso. Puedo buscar ejemplos o pedir ayuda si es necesario».
  • Si sientes frustración porque no avanzas como te gustaría: «Esto no está siendo fácil, pero cada esfuerzo me está llevando en la dirección correcta. Es normal encontrar obstáculos en el camino».

8. Pon música

A muchas personas escuchar música les ayuda como una estrategia para estudiar cuando se encuentran sin motivación, ya que el sonido de sus canciones o bandas favoritas acalla las distracciones. Además, la música tiene un impacto positivo en el estado de ánimo y en la excitación, lo que facilitaría el desempeño.

Aunque no existe evidencia concluyente sobre su influencia, estudios como el de Music & Science sugieren que puede incrementar la motivación y mejorar la concentración en el contexto escolar.

Crea una lista de canciones que te motiven y sean positivas, pero que te ayuden a estudiar en lugar de entretenerte.

9. Elimina las distracciones

De seguro, si tienes tu teléfono sobre la mesa te costará mucho más enfocarte que si no lo tienes cerca. Y esta es una de las principales razones por las que no tienes ganas de estudiar. Sucede que, ante oportunidades más placenteras a tu alrededor, el estudio pierde interés. Entonces, te planteamos algunas resoluciones:

  • Silencia los ruidos molestos de fondo, como la televisión o la radio.
  • Esconde tu teléfono o déjalo en otra habitación para reducir tu tiempo en las redes.
  • Instala un bloqueador de aplicaciones, para que no puedas ingresar en redes sociales o juegos.

10. Estudia con amigos o un tutor

Tener un compañero o un grupo de estudio contribuye a mantener el entusiasmo, porque compartes los logros y las dudas con otros. Así, hay a quienes les resulta más estimulante y entretenido.

Asimismo, al estudiar en grupo sabes que habrá apoyo cuando tengas preguntas, y te concentras más que en soledad. Debe ser un grupo reducido, con compañeros comprometidos, que puedan participar de reuniones periódicas en un horario conveniente para todos.

Si bien estudiar en grupo puede tener sus beneficios, no reemplaza por completo al estudio independiente.

11. Descansa bien

Es de amplio conocimiento que dormir poco o acostarse muy tarde tiene consecuencias en la vida diaria. En el caso del estudio, parece existir una fuerte correlación entre las calificaciones y las horas de descanso.  Dormir bien no solo consolida la memoria, sino que también disminuye la fatiga y la somnolencia causadas por el cansancio al estudiar. Los investigadores sugieren que el rendimiento disminuye al tener una baja calidad de sueño y al acostarse después de las 2 de la mañana, incluso si se duermen 7 horas.

«Hemos oído la frase: “Duerme bien, mañana tendrás un gran día”. Resulta que esto no se correlaciona en absoluto con el rendimiento en los exámenes. En cambio, lo que más importa es el sueño que se obtiene durante los días de aprendizaje».

~ Jeffrey C. Grossman ~

Por lo tanto, es muy importante tener una adecuada higiene del sueño durante los días de estudio, acostándote temprano, en un ambiente calmo, evitando alimentos estimulantes en las horas previas al sueño y durmiendo entre 7 y 9 horas por día.

12. Ten refrigerios y agua a mano

Para evitar la pereza o la distracción por tener hambre o sed, otra de las estrategias simples para estudiar sin motivación es tener contigo una botella con agua y algún refrigerio saludable. Pueden ser frutos secos, granola o una fruta. Estos mantienen la saciedad y la energía para estudiar.

Evita los alimentos muy azucarados, ya que brindan energía rápida, pero se transforman con la misma rapidez en somnolencia.

13. Busca videos o pódcasts

Algunos estudiantes prefieren emplear este tipo de herramientas, ya que sienten que los videos o los audios les ayudan a complementar sus estudios y les resultan más entretenidos. Puedes probar buscando videos en YouTube que expliquen, de forma sencilla, el tema que debes estudiar. También existe la posibilidad de escuchar pódcasts que traten sobre la temática de un modo diferente, y te ayuden a verla desde otra perspectiva.

14. Estudia en el momento adecuado

Cada persona es más productiva en ciertos momentos. Algunas pueden sentirse más cómodas madrugando y estudiando durante esas horas, mientras que otras pueden necesitar dormir hasta más tarde y comenzar con sus tareas después.

Para recuperar la motivación, lo más importante es escoger un horario en el que sientas comodidad y que se adapte mejor a ti. Elige un momento en el que no tengas cansancio ni haya muchas distracciones.

15. Mantén una rutina

Puede ayudarte con la motivación establecer un horario. Así sigues una rutina. Con un horario fijo, empezarás a asociar ese momento del día con la actividad de estudiar y te resultará más fácil mantener el ritmo, incluso cuando no sientas inspiración.

«Usa un calendario digital o impreso y asigna bloques de tiempo de estudio en tus días. Esto crea un hábito, permite la constancia y crea una asociación entre ciertos momentos del día y el estudio».

~ Gladys Mae ~

16. Utiliza carteles motivacionales

Las palabras positivas y de aliento pueden confortarte y brindarte la energía necesaria para continuar. Escríbelas o imprímelas en un papel y colócalo donde puedas verlo mientras estudias, para recordarlas con frecuencia. Algunas frases motivadoras para estudiantes son las siguientes:

  • «Tú puedes con esto».
  • «Estudiar hoy es invertir en el mañana».
  • «La perseverancia es el sendero que conduce al éxito».
  • «Cada minuto de estudio es un avance hacia tu objetivo».

17. No te culpes por procrastinar

Castigarte por dilatar el estudio tan solo hará que sea más difícil concentrarte. En lugar de culparte, intenta tomar conciencia y adquirir un hábito para retomar el estudio lo antes posible. Concéntrate en los refuerzos positivos, como los mensajes de aliento y las recompensas cada vez que completes una tarea. Considera lo siguiente:

  • No te compares con tus compañeros.
  • Acepta que todos procrastinan en algún momento.
  • No solo reconozcas tus fallas, sino también tus logros.
  • Usa un diálogo interno con palabras positivas para reforzar que puedes hacerlo.
  • Emplea el método Pomodoro o apps para dejar de procrastinar, como Focus To-Do y Forest.

18. Toma descansos

Los descansos son necesarios para mejorar la motivación y evitar las distracciones recurrentes. Los microdescansos, de menos de 10 minutos, pueden beneficiar tu rendimiento y reducir la fatiga. Camina, toma aire fresco o escucha una canción que te guste. Ahora bien, cuando se trata de tareas muy agotadoras, es posible que necesites una pausa de más de 10 minutos.

Cuando sientas que necesitas un descanso, intenta tomarlo en un punto en donde sea lógico detenerte. Esto hará que sea más sencillo retomar el estudio.

19. Desarrolla interés por el tema

Empieza a estudiar por las partes que te resulten más interesantes o fáciles de comprender. Si no te atrae un tema en particular, trata de encontrar una conexión con algo que sí te interese, como tus pasatiempos o metas futuras.

Por ejemplo, si estudias matemáticas y te gustan los videojuegos, investiga cómo se usan las matemáticas en la programación de juegos. Al encontrar vínculos entre el contenido y tus aficiones, el estudio se vuelve más relevante y motivador.

20. Mitiga tu estrés

La ansiedad y el estrés que se genera entre los exámenes puede afectar tu concentración y tu memoria. En consecuencia, impide que estudies y des tu máximo potencial. Para evitarlo, cuida tu alimentación, descansa cuando lo necesites, haz ejercicio y utiliza técnicas de relajación y respiración. Si es necesario, según la situación, recurre a un terapeuta, un pedagogo o un profesor y solicita ayuda.

«En medio de la tormenta de exámenes, encuentra consuelo en tu respiración. Inhala coraje. Exhala duda».

~ Dra. Diana De Sousa ~


Elige tu estrategia ideal, la que más te motive a estudiar

Existen infinitas estrategias para estudiar cuando te encuentras sin motivación, ya que a cada persona puede resultarle útil algo diferente. Lo importante es descubrir la técnica que te impulsa a seguir con tus estudios. Una vez que la encuentres, verás que es mucho más sencillo concentrarse sin aburrirse con facilidad.

Recuerda que no hay métodos fijos ni una forma «correcta» para lograrlo. La parte más difícil es sentarse y comenzar a estudiar. Pero cuando inicias, y concretas algunos de tus objetivos, te sientes con más entusiasmo para continuar.


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