Qué son las filias y qué tipos existen
Quizás has escuchado hablar sobre la cinefilia, la nictofilia o, incluso, la pedofilia y la necrofilia. Algunos de estos conceptos están ligados con el ámbito sexual, otros tienen un significado algo más complejo y todos poseen algo en común: son tipos de filias.
Estas son las aficiones o las predilecciones por algo. La palabra proviene del griego philía, que significa ‘querer’ o ‘amar’. Entonces, donde existe una relación de cariño o amor intensa, hay una filia. Por ejemplo, retomando lo mencionado al principio, la afición al cine es llamada cinefilia, la atracción por la noche es la nictofilia. Asimismo, la atracción erótica hacia los niños se denomina pedofilia y el amor hacia los muertos, necrofilia.
En psicología, el término se utiliza con frecuencia en el contexto de la sexualidad, aunque no se limita de forma exclusiva a este ámbito. Mientras que una filia se caracteriza por su intensidad y persistencia, no necesariamente tiene un componente sexual como las parafilias. Sin embargo, algunas de las primeras pueden interferir en la vida diaria de las personas y, si generan ansiedad o estrés, requieren atención. Veamos cuáles son las más comunes.
1. Cinefilia
La cinefilia es la atracción por el cine, un gusto que existe desde los comienzos de este entretenimiento, cuando dicho arte era mudo. La persona que experimenta tal gusto se conoce como cinéfilo o cinéfila; puede ser un aficionado que le agrada ver películas por pasatiempo, como también un erudito, crítico de cine, director o actor. En la actualidad, los blogs sobre cine son el espacio predilecto para los amantes del séptimo arte.
«Es la experiencia cinematográfica que evoca sensaciones particulares de intenso placer que resultan en una fuerte conexión con el cine, a menudo descrita como una relación de amor.»
2. Parafilias
Las parafilias son la predilección y excitación sexual por el uso de determinados objetos, situaciones o el no consentimiento de otras personas. Si bien suelen encontrarse fuera de los intereses sexuales habituales, no forzosamente se tratan de un desorden mental. Algunas de las más conocidas son las siguientes:
- Coprofilia: es el placer que provoca tener contacto, manipular o ingerir heces humanas (coprofagia), propias o ajenas.
- Sadismo sexual: a diferencia del masoquismo, la excitación ocurre al infligir sufrimiento físico o psicológico a otra persona.
- Dacrifilia: se trata de sentir estimulación sexual al ver a otras personas llorar, ya sea provocando el llanto o consolando a quien sufre.
- Fetichismo: en él están involucrados objetos inanimados que provocan excitación, por ejemplo, la ropa interior femenina o los zapatos.
- Necrofilia: es la atracción sexual hacia los cadáveres. El caso más famoso de un necrófilo que, además, cometía homicidios es el de Jeffrey Dahmer.
- Masoquismo sexual: implica la excitación al ser golpeado, humillado, atado o sufrir dolor. Puede incluir la asfixiofilia, que es la limitación o el cese de la respiración.
- Exhibicionismo: alude al placer sexual cuando se fantasea o se lleva a cabo la exposición de los genitales propios a otras personas, sin su consentimiento.
- Voyerismo: consiste en el placer sexual provocado por la visión de personas desnudas o que tienen relaciones sexuales, sin su consentimiento para ser observados.
- Gerontofilia: se refiere a la preferencia exclusiva y recurrente por parejas mucho mayores, que lleva a buscar encuentros o a tener fantasías sexuales con gente mayor. Es opuesta a la gerontofobia, vinculada con el temor a la vejez.
- Pedofilia: es la excitación sexual que se produce al tener fantasías sexuales o actividad sexual con menores de 13 años, por lo que se trata de un delito. La persona que experimenta esta parafilia debe tener más de 16 años y, al menos, 5 años más que la víctima.
3. Homofilia
Entre los tipos de filias, la homofilia se caracteriza por el amor o la atracción hacia los iguales. En la actualidad, implica la tendencia a relacionarse con personas parecidas a uno, ya sea por el físico, el pensamiento, el nivel socioeconómico, el estilo de vida o la religión.
Esta afinidad tiene su lado positivo y negativo. Por una parte, promueve que las personas se integren en distintos grupos de la sociedad. Pero, por la otra, puede favorecer relaciones cerradas y aumentar la distancia con otros grupos sociales.
4. Nictofilia
A muchas personas les gusta más estar activos durante las horas de oscuridad, mientras los demás duermen. La pasión por la oscuridad o la noche tiene nombre: es la nictofilia.
En general, quienes la experimentan prefieren quedarse despiertos durante la noche y dormir en el día, porque afirman sentirse mejor. Incluso, es posible que opten por elegir trabajos nocturnos que les permitan disfrutar de sus horas preferidas.
A diferencia de la nictofilia, las personas que experimentan nictofobia presentan un miedo intenso a la oscuridad.
5. Xenofilia
Contraria a la xenofobia, la xenofilia es la simpatía hacia lo extranjero o los extranjeros. En este sentido, a alguien con esta predilección pueden fascinarle las tradiciones, las costumbres o los vestuarios de una o más culturas que no son la propia.
6. Neofilia
Aquellos que sienten una necesidad constante de poseer productos nuevos pueden sentir neofilia. A esta clase de filia la caracteriza una obsesión por la novedad; surge a partir del siglo XX. Como las nuevas experiencias pueden generar sensaciones placenteras, un neofílico busca esas emociones para sentirse a gusto. Su opuesto es la neofobia o el miedo irracional a lo desconocido.
7. Bibliofilia
La bibliofilia es la afición por coleccionar libros. En particular, los coleccionistas se interesan por aquellos que son raros o que pueden resultar curiosos. También están aquellos que reúnen una amplia biblioteca con ejemplares que les resultan bellos, tanto por su formato físico, como por su contenido.
Algunos bibliófilos famosos fueron Isabel I de Castilla, Margarita de Navarra, Richard de Bury y el Marqués de Santillana.
8. Anglofilia, hispanofilia, germanofilia y francofilia
Estos cuatro tipos de filias se asocian con la simpatía o la admiración por el pueblo o la cultura de determinadas regiones o países. En este caso, inglesa, hispana o española, alemana y francesa.
Por ejemplo, un anglófilo puede admirar la cultura de Inglaterra y sentir que es superior a la propia en algún sentido. Es decir, la persona admira la historia inglesa, su idioma, sus tradiciones, entre muchas otras cosas.
9. Tecnofilia
El gusto por la tecnología tiene su nombre y es tecnofilia. Un tecnófilo siente gran pasión por internet, la telefonía móvil, los videojuegos y la televisión. Con la expansión de su uso y las posibilidades infinitas que ofrecen, cada vez hay más personas amantes de la tecnología.
No obstante, esta filia tiene su lado peligroso cuando se convierte en una adicción. En particular, es común que existan adicciones a las nuevas tecnologías en los adolescentes. Debido a la gran cantidad de tiempo que pasan conectados, una de las principales preocupaciones es su influencia en la socialización, el desarrollo psicosocial y la adquisición de la identidad, como mencionan en UNIHumanitas.
Se puede hablar de una adicción cuando el empleo de la tecnología ocupa demasiado tiempo en la vida de la persona y continúa usándola a pesar de tener consecuencias negativas.
10. Pluviofilia
Disfrutar del sonido de la lluvia, de la sensación cuando caen las gotas sobre el cuerpo o de verlas a través de una ventana se denomina pluviofilia. Este amor por la lluvia tiene su fundamento: brinda un sentimiento de calma y de tranquilidad. Las personas apasionadas por este fenómeno natural suelen indicar que les alivia el estrés y les brinda un espacio apto para la reflexión. Por lo tanto, es probable que tenga beneficios psicológicos, aunque deben seguir bajo análisis.
Es necesario aclarar que, de momento, la pluviofilia como una filia en el sentido estrictamente psicológico, no esta comprobada por evidencia científica. Podría considerarse más una preferencia sensorial.
11. Pogonofilia
El término de pogonofilia refiere a quienes sienten gusto hacia las personas con barba. Esta preferencia en las mujeres puede deberse a una atracción por el vello facial uniforme, debido a que es un indicador del desarrollo masculino y de su testosterona. Es decir que, quienes se dejan una barba uniforme, hasta el bigote y las mejillas, son más atractivos para ellas que quienes tienen un vello facial irregular.
Ahora bien, eso no significa que todas las personas que consideren atractivo a alguien con barba tengan pogonofilia. Más bien, debe existir un gusto excesivo por este rasgo facial para que sea una filia. Además, aún falta evidencia científica para reconocer clínicamente a la pogonofilia.
Las filias moldean cómo vemos el mundo
Todas estas predilecciones representan atracciones intensas que pueden enriquecer la vida de las personas, siempre que no interfieran de forma negativa en su bienestar. En ese caso, es aconsejable buscar ayuda profesional.
Por otra parte, al conocer los tipos de filias más comunes, es posible entender la complejidad de la atracción humana y cómo nuestras preferencias pueden ir más allá de lo convencional, como ocurre con las parafilias.
Cabe destacar que las filias tienen su contracara, que son las fobias, esos miedos irracionales hacia objetos o situaciones específicas. En ambos casos, son manifestaciones de cómo nuestras emociones y experiencias personales pueden moldear nuestra percepción del mundo, tanto de forma positiva como negativa.
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