El eneatipo 1: características y potencial

El eneatipo 1 tiene en su mano grandes recursos e interesantes habilidades que puede desarrollar al máximo si trabaja en los aspectos más problemáticos de su personalidad. Profundicemos en ello.
El eneatipo 1: características y potencial
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 06 agosto, 2023

El eneatipo 1  conforma una personalidad tan compleja como llamativa. Es el “Perfeccionista”, ese perfil que se esfuerza casi a cada instante por mostrarse coherente, bienintencionado y siempre virtuoso. Sin embargo, es común que en él se esconda cierta ira contenida, ciertas zonas erróneas que le impiden poder alcanzar todo su potencial.

Señala Claudio Naranajo, en el siempre interesante libro Carácter y neurosis, que el eneatipo 1 es “un virtuoso enfadado”. Es alguien caracterizado por una desesperada obsesión por mejorar las cosas que le envuelven sin percibir que, con dicho afán, empeora su propia vida y también la de los demás.

El eneatipo 1 se caracteriza por la necesidad de ser siempre coherente: tener razón, ser bueno, objetivo y racional.

Ahora bien, no debemos ver este conjunto de rasgos como algo negativo o limitante. Todo lo contrario. Hay que recordar que el fin último del eneagrama es servirnos precisamente como una valiosa herramienta de autoconocimiento. Es un modo de conocer nuestras “máscaras”, de profundizar en nuestras necesidades, instintos más profundos, emociones, procesos mentales y, también, en nuestras potencialidades.

El eneatipo 1 tiene en su mano grandes recursos e interesantes habilidades que, según este enfoque, puede desarrollar al máximo si profundiza en su carácter y conciencia, trabajando en esos aspectos más problemáticos. En próximos artículos ahondaremos de forma detallada el resto de eneatipos, pero en esta ocasión, vamos a conocerlo todo de esta personalidad conocida como “el perfeccionista”.

Símbolo del eneagrama

El eneatipo 1, el deseo de llevar una vida coherente y sin errores

Quien haya visto o leído “Matar a un ruiseñor” tendrá en su memoria a uno de los personajes más maravillosos de la historia de la literatura: Atticus Finch. Su perfil, su voluntad, su elevada humanidad y su equilibrio, simbolizan a la perfección el eneatipo 1 más luminoso y desarrollado, sin zonas erróneas o reversos oscuros por trabajar. Su energía vital y sentido de la justicia es la impronta misma del primero de los caracteres del eneatipo.

Ahora bien, antes de ascender a este pedestal, el eneatipo 1 suele moverse por mares convulsos, por complejas contradicciones y escenarios de elevada frustración donde sus aspiraciones no siempre se ven realizadas. Veamos a continuación qué características suele presentar este eneatipo:

  • Obsesión por los detalles.
  • Se sienten buenos, superiores y eso es lo que les da derecho.
  • Necesidad por hacer listas de casi cualquier cosa, así como esquemas, recordatorios, etc.
  • Toda tarea que llevan a cabo debe estar perfecta. Sin embargo, esa necesidad es al mismo tiempo fuente de continuas frustraciones porque nunca se sienten satisfechos. Llega esta conducta hasta el agotamiento, pudiendo implicar a otros en ese afán hasta el punto de crear tensiones y desacuerdos.
  • Son concienzudos, a menudo inflexibles y escrupulosos.
  • Tienen un elevado sentido de la justicia, de lo que está bien y lo que está mal (según ellos), de lo que es deseable y correcto.
  • En su diálogo interno abundan los “debería” los “tengo que” y “hay que”.
  • No suelen delegar tareas en otras personas, les cuesta hacer equipo o confiar en otros en materia laboral porque dudan de que puedan a ser tan eficaces como ellos.
  • Están muy aferrados a sus cosas, a sus posesiones, a su familia… Es un apego a menudo insano.
  • Consideran que siempre saben la mejor forma de resolver una situación. Por tanto, educan, instruyen y corrigen duramente a los demás sin que estos se lo pidan.
  • Difícilmente se sienten satisfechos; pues en su mente hay un severo juez y crítico interno que lo corrige y le insta a hacerlo siempre mejor.
Hombre mirando por la ventana

Asimismo, un detalle que señala Claudio Naranjo sobre el eneatipo 1 es que suele presentar un transfondo emocional habitado por la ira. Esta dimensión es la que dota a su carácter de dicha rigidez y falta de espontaneidad. Esta ira no es más que el resultado de tanta frustración personal acumulada, y de la sensación de que a su alrededor orbita un exceso de injusticia, dejadez o mal hacer que escapa a su control.

Tipo uno: niveles de desarrollo

Según Riso y Hudson (2017), se pueden identificar 9 niveles de desarrollo del eneatipo 1. Veamos cuáles son.

Niveles saludables

  • Nivel 1 (aceptador, juicioso): abandonan la idea de que pueden evaluarlo todo objetivamente y son capaces de afrontar la vida sin reaccionar de forma tan emocional. Logran su deseo básico: ser íntegros y ser buenos.
  • Nivel 2 (evaluador razonable): se concentra en los mandatos de su superyó para guiarse en la vida y defenderse de aspectos «desordenados».
  • Nivel 3 (de principios, responsable): refuerzan su imagen tratando de vivir en conformidad con su conciencia y razón. Son muy éticos y disciplinados, y poseen un fuerte sentido de finalidad y convicción. Veraces y elocuentes, enseñan con el ejemplo, dejando de lado sus deseos personales en aras del bien mayor.

Niveles medios

  • Nivel 4 (obligado esforzado): teme a que las personas sean indiferentes a sus principios, por lo tanto, están buscando siempre convencerlos de la corrección de sus puntos de vista. Se convierten en personas serias y enérgicas, discuten con los demás y solucionan problemas.
  • Nivel 5 (controlados, ordenados): les preocupa que los demás los condenen por alguna desviación de sus ideales. Después de haber defendido sus puntos de vista, se sienten obligados a vivir a la altura de ellos, por lo cual intentan organizarse y organizar su mundo. Son puntuales y metódicos, pero también irritables y tensos.
  • Nivel 6 (enjuiciador crítico): Temen que los otros les alteren el orden y el equilibrio que han conseguido, y les fastidia que no tomen en serio sus ideales. Responden con reproches y corrigiendo a los demás por no vivir a la altura de sus valores. Son perfeccionistas, dogmáticos y sarcásticos.
  • Nivel 7 (farisaico inflexible): tiene miedo a que sus ideales sean erróneos. Para salvarse intenten justificarse y acallar las críticas. Son de mente cerrada y no admiten concesiones ni negociaciones en sus posturas. Son amargados, misántropos y muy santurrones.

Nivel insanos

  • Nivel 8 (obsesivo, contradictorio): están tan ansiosos de defenderse de sus deseos que se obsesionan por esos aspectos de sí mismos que desean controlar. Comienzan a hacer realidad sus deseos reprimidos, mientras en público aún los condenan.
  • Nivel 9 (condenatorio, punitivo): han perdido el dominio de sí mismos. Tratan de librarse de la causa aparente de sus obsesiones, con la posible consecuencia de automutilación, asesinato o suicidio.

Fortalezas y debilidades del eneatipo 1

Cada personalidad tiene fortalezas y debilidades, las cuales se manifiestan y amplifican en diferentes contextos: familiar, laboral, social, académico, profesional… Cada entorno puede ser detonante de ciertos patrones conductuales, cognitivos y emocionales que la persona ha desarrollado a partir de sus experiencias pasadas.

Fortalezas

Las fortalezas que normalmente se asocian con la personalidad del eneagrama 1 incluyen:

  • Defender los derechos de los demás.
  • Conciencia y atención a los detalles.
  • Visión del mundo idealista y optimista.
  • Estar profundamente motivado por los valores personales.
  • Habilidad para conectarse y cuidar a su comunidad.

Debilidades

Las debilidades que normalmente se asocian con el eneatipo 1 son:

  • Tendencia a ser perfeccionista.
  • Dificultad para aceptar realidades duras.
  • Ser muy crítico consigo mismo y con los demás.
  • Posibilidad de volverse obsesivo o santurrón.

Cómo debe trabajarse el eneatipo 1 para alcanzar la plenitud personal

Cuando el eneatipo 1 trabaja como debe, esas áreas problemáticas como puede ser su ira contenida, su necesidad de control o su perfeccionismo extremo, pueden convertirse en perfiles con un alto discernimiento, sabiduría y buen juicio. Pueden llegar a ser auténticos Atticus Finch capaces de inspirar a otros, de guiar e influenciar de forma enriquecedora.

Ahora bien, ¿cómo lograrlo? Tomando conciencia de sus actitudes o zonas erróneas. Veamos cómo.

  • Rebajando unos grados su elevado idealismo.
  • Bajar el volumen de esa voz interna tan crítica, tan hipócrita, que demandan un virtuosismo moral que, en ocasiones, ni tan solo uno mismo puede alcanzar.
  • Reducir los “debería” y esas autoimposiciones que a menudo nos ponemos nosotros mismos quedando prisioneros, cercados por esas exigencias tan limitantes.
  • Aprender a delegar, a confiar un poco más en los demás.
  • Entender que el mundo, las personas y muchas cosas de las que nos rodean no pueden ser siempre como nosotros deseamos. Vivir es por encima de todo “ser y dejar ser”, y eso implica permitir que los demás actúen como deseen sin que ello nos quite aire, la calma o nos alimente de ira y más frustración.
  • Aceptarse. Detrás de esa necesidad de perfección se esconde un profundo miedo de ser considerado malo, mediocre o defectuoso. Por tanto, un importante trabajo para este eneatipo es trabajar la aceptación y amor propio, lo que implica reconocer las propias fortalezas y debilidades.
  • El eneatipo debe tomar contacto con sus emociones y canalizarlas, liberarlas. Toda esa ira contenida debe disolverse, toda insatisfacción debe hallar salas mejor ventiladas donde entender que el perfeccionismo va de la mano del desgaste, y la férrea disciplina al agotamiento.
Mujer con pájaro

Un eneatipo 1 sano y realizado es por encima de todo una persona más libre de sus propias ataduras mentales. En esa noble aspiración por lograr un mundo más justo y un ser más elevado y perfecto, hay una esfera intermedia donde poder sentirse verdaderamente realizado a la vez que útil.

Es un estrato psicológico donde las emociones están más ajustadas y donde hay una aceptación más humilde de la realidad. Porque cuando uno deja de ser “rastreador de fallos” internos y externos, empieza a vivir con más calma y satisfacción para mostrarse más flexible y compasivo.

En próximos artículos seguiremos profundizando en el resto de los 8 eneatipos de esta herramienta de conocimiento personal tan interesante.

Imagen principal Gregory Peck en Kill a Mockingbird​ (1962)

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  • Blair, R. J. R. (2012). Considering anger from a cognitive neuroscience perspective. Wiley Interdisciplinary Reviews: Cognitive Science3(1), 65-74.
  • Linares, J. L. (2007). La personalidad y sus trastornos desde una perspectiva sistémica. Clínica y salud18(3), 381-399.
  • Riso, D. y Hudson. (2017). La sabiduría del eneagrama. Urano.

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