Descubre los 4 tipos de bulimia y sus fases

La categorización del trastorno bulímico se centra en las maneras en que la persona se deshace de las calorías consumidas durante un atracón y en cómo afecta su peso a lo largo del tiempo. Aquí te detallamos el tema.
Descubre los 4 tipos de bulimia y sus fases
Sharon Laura Capeluto

Escrito y verificado por la psicóloga Sharon Laura Capeluto.

Última actualización: 07 febrero, 2024

La bulimia es una condición compleja que abarca diferentes tipos y no luce igual en todas las personas. Un error común es asumir que alguien con este trastorno debe tener un peso por debajo de lo saludable y autoprovocarse el vómito. Esto no siempre es así.

Una persona con trastorno bulímico puede, incluso, tener un peso corporal dentro del rango considerado como «saludable» y jamás haber usado laxantes o practicar el vómito autoinducido. Aunque todos comparten una relación problemática con la comida y un ciclo disfuncional repetitivo, existen diversas categorías, cada una con características particulares que en esta lectura abordaremos.

¿Qué es la bulimia nerviosa?

La bulimia nerviosa (BN) está identificada por el DSM- V como uno de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) típicos, junto a la anorexia neviosa y el trastorno por atracón. Se caracteriza por un ciclo recurrente que involucra períodos de atracones seguidos por purgas o conductas compensatorias, con el propósito de evitar el aumento de peso.

De acuerdo con un trabajo difundido en la revista Current Problems in Pediatric and Adolescent Health Care, la prevalencia de esta a lo largo de la vida está entre el 0,9 % y el 3 %. Además, es más común en mujeres. Por su parte, la bulimia en adolescentes suele desarrollarse alrededor de los 16 años, aunque con frecuencia persiste hasta la adultez.

Un aspecto importante a destacar es que esta condición va más allá de los comportamientos alimentarios. Al estar vinculada a la salud mental y emocional, se considera también un problema psicológico. Por esta razón, el tratamiento debe ser integral.

Señales de alerta

Hay ciertos indicios que sugieren la presencia de BN. Las señales de alerta (que también pueden considerarse síntomas) varían entre las personas, sin embargo, algunos indicadores comunes son los siguientes:

  • Se aísla de grupos sociales y evita comer con otras personas.
  • Tiene rasgos muy perfeccionistas y autoexigentes en cuanto a su apariencia.
  • La persona cambia sus hábitos alimenticios de manera drástica, yendo de un extremo al otro.
  • Se obsesiona con el peso corporal, tiene baja autoestima y una imagen corporal distorsionada.
  • Realiza rituales específicos antes o después de las comidas, como pesarse, contar calorías o ir al baño.
  • Oculta o miente acerca de las purgas, conductas compensatorias o la cantidad de comida que consume.
  • Evidencia problemas dentales debido al vómito frecuente, como caries o deterioro del esmalte de piezas dentales.
  • Experimenta cambios bruscos en el estado de ánimo que pueden incluir irritabilidad, ansiedad y/o síntomas depresivos.
Aunque es valioso estar al tanto de las alertas, estas no se pueden considerar determinantes ni evaluar de forma aislada o irresponsable. Para obtener un diagnóstico preciso hay que acudir a un profesional de la salud.


¿Cuántos tipos de bulimia existen?

La BN puede clasificarse atendiendo dos variables: en función de cómo se manifiestan las conductas compensatorias o de acuerdo con el peso corporal.

Según la presencia o ausencia de purga

¿Cómo reacciona el individuo después de los atracones? ¿Qué estrategias usa para reducir las consecuencias de comer en exceso? ¿Cómo hace para lidiar con los sentimientos de culpa? Tales preguntas son claves para entender los siguientes tipos de bulimia según esta categorización.

1. Purgativa

En la bulimia purgativa se recurre a métodos destinados a deshacerse rápidamente de las calorías de los alimentos ingeridos, como el vómito autoinducido o el uso excesivo de laxantes o diuréticos.

2. No purgativa

La persona con esta clase de BN emplea conductas compensatorias no relacionadas con la purga directa. En un esfuerzo por evitar el aumento de peso y aliviar el malestar psicológico, hace ejercicio físico en exceso, ayunos o restringe de manera significativa sus comidas.

Según el peso corporal

Al margen de la división con base en las estrategias de compensación, los tipos de bulimia enlazados con el peso son los que precisamos enseguida.

3. Asociada al sobrepeso u obesidad

Engloba a las personas que experimentan BN, ya sea de tipo purgativo o no purgativo, y que tienen algún grado de sobrepeso u obesidad. Aunque pueden existir alteraciones en el peso corporal, no suelen ser evidentes a simple vista.

4. Asociada al peso variable

En este caso, la persona presenta fluctuaciones constantes en su peso. Puede atravesar períodos de sobrepeso, de peso considerado «saludable» y de bajo peso. Esta variación contribuye a la creencia de que puede llegar a la figura que desea, si sigue con estos comportamientos. Además, se aferra a la idea de que su verdadera identidad es su versión con menos peso, al alimentar así el ciclo bulímico.

Fases del trastorno bulímico

Si bien la intensidad de cada una de las fases puede cambiar dependiendo del paciente, se identifican algunas etapas comunes en el desarrollo o curso de la BN, sin importar de qué tipo hablemos.

  1. Atracones: la persona pierde el control y come de forma voraz y compulsiva en un lapso breve. Tiene poca conciencia de lo que come y apenas mastica. Por lo general, consume alimentos ricos en grasas, alternando de manera abrupta entre opciones dulces y saladas, así como frías y calientes.
  2. Sentimientos de culpa y vergüenza: estas emociones surgen como consecuencia de la pérdida de control durante los atracones y tienden a agravarse por las preocupaciones relacionadas con el peso y la imagen corporal. Frases como «no puedo creer que lo haya hecho otra vez» o «debería ser capaz de controlarme» quizás resuenan en la mente.
  3. Episodios de purga o conductas compensatorias: inician con el arrepentimiento. Dependiendo del tipo de BN, la persona apela a episodios de purga o a conductas compensatorias. Busca impedir el aumento de peso mediante el vómito autoinducido, el uso de laxantes o el exceso de ejercicio físico.
  4. Sensación temporal de control: se experimenta una sensación momentánea de calma y control. Pensamientos como «nunca más tendré un atracón» o «a partir de ahora controlaré mi alimentación» son comunes durante esta etapa.
  5. Repetición del ciclo: la persona vuelve a obsesionarse con lo que come y decide seguir una dieta restrictiva y rigurosa. Pero, en lugar de ayudar, este enfoque termina provocando más episodios de ingesta compulsiva, y así se repite el ciclo.

¿Cuál es el tratamiento de la bulimia nerviosa?

En primera instancia, es crucial programar una consulta médica para evaluar la salud física. Esto permite identificar posibles deficiencias nutricionales, desequilibrios en el organismo y riesgos que derivan del trastorno.

En simultáneo, es esencial buscar la ayuda de profesionales de la salud mental. Muchas veces, detrás de una persona con BN hay alguien con dificultades para regular sus emociones y que lidia con inseguridades y una autoestima frágil.

Por eso, la terapia cognitivo conductual puede ofrecer un apoyo valioso para identificar y modificar los pensamientos y conductas disfuncionales que sostienen el problema. Además, en algunas circunstancias, el terapeuta indica interconsulta psiquiátrica como un enfoque complementario.

Por otro lado, es fundamental acudir a un nutricionista, quien contribuirá con un plan alimentario saludable y sostenible, que se ajuste a las necesidades y preferencias de cada paciente.

Dado que en la BN se entrelazan de manera clara aspectos de la salud mental y física, es imprescindible que el tratamiento sea integral y colaborativo. Resulta pertinente que todos los profesionales involucrados, compartan el objetivo común de ayudar al paciente y cooperen entre sí de manera efectiva. Por lo tanto, reiteramos que el abordaje debe involucrar todas o la mayoría de estas áreas:

  • Nutrición
  • Psicología
  • Psiquiatría
  • Medicina clínica

La colaboración familiar, un aspecto clave

A menudo, el tratamiento incluye el trabajo con la familia o seres queridos. Su participación es básica al brindar apoyo emocional continuo, crear un ambiente propicio para la recuperación y ayudar a la prevención de recaídas.

De hecho, la terapia familiar se destaca como una herramienta efectiva, en especial en adolescentes con un inicio reciente de la enfermedad. En este contexto, se enfoca en abordar las dinámicas familiares poco saludables que contribuyan a la patología.



Actuar a tiempo es crucial

Identificar y abordar de manera temprana un TCA marca la diferencia en el camino hacia la recuperación. Por esta razón, comprender la bulimia en detalle, conocer sus tipos, estar al tanto de las señales de alerta y saber a qué especialistas acudir son aspectos fundamentales.

Ya sea que enfrentes este desafío en carne propia o tengas a alguien cercano atravesándolo, no dudes en solicitar ayuda.


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